tribunales > muerte violenta de dos niños en vistabella (2011)

Planearon matarse en el ‘vis a vis’

TINERFE FUMERO | Santa Cruz de Tenerife

Mantienen su plan de quitarse la vida, el mismo que supuestamente costó la vida a dos inocentes: los niños Tindaya y Joseba de 11 y 5 años de edad, respectivamente. Los dos acusados de asesinar a sus propios hijos en una vivienda de Vistabella el pasado diciembre planearon suicidarse tras ser ingresados en el centro penitenciario Tenerife II, según consta en documentación que obra en poder de DIARIO DE DE AVISOS. Fue la llegada a la cárcel de La Esperanza del conocido como Ponce el Curandero, imputado como inductor y cooperador necesario de ambos asesinatos, lo que habría reactivado la idea suicida en la pareja, pero la dirección del centro penitenciario detectó esta confabulación para el crimen y pudo abortarla.

Tanto Ponce como Sonia fueron ingresados en la cárcel tinerfeña tras su paso por el Área de Psiquiatría del Hospital Universitario de Nuestra Señora de Candelaria (Hunsc), donde se conocieron en 2003 cuando ambos se recuperaban de sendas tentativas de suicidio. Mientras Sonia fue remitida a Tenerife II a los pocos días, Ponce estuvo en el referido hospital unas tres semanas recuperándose -una vez más- de su intento de quitarse la vida cuando se vio acorralado por los agentes de policía que descubrieron los cadáveres de los niños, aquella triste tarde del 13 de diciembre pasado.

Cuando Sonia ingresa, ya el mandamiento de prisión emitido por el juzgado recoge que “se deben adoptar las medidas adecuadas dado el elevado riesgo de autolisis [suicidio] que presenta”. Aunque el mandamiento de Ponce no recoge tal indicación, tanto en uno como en otro caso los servicios médicos y psicológicos de la prisión propusieron -y la dirección aceptó- su “inclusión en el Servicio de Prevención de Suicidios”. Mismo trato recibió Ponce a su llegada, aunque en su caso no consta que hubiera tal recomendación en su mandamiento de prisión.

Sin embargo, y al poco de su llegada -concretamente el 10 de enero-, la dirección del centro penitenciario detecta que “la pareja está preparando un suicidio conjunto”, y que “una de las posibilidades que valoran ambos internos es acabar con su vida durante la celebración de alguna comunicación familiar o íntima”. Es decir, el vis a vis -del francés, significa cara a cara y así se llama a los encuentros privados- al que tienen derecho habida cuenta de su condición de pareja.

Al día siguiente, la dirección tomó la decisión de intervenir la comunicación de ambos presos y de suspender sus encuentros privados por los motivos expuestos.

Estas medidas entraron en vigor el 13 de enero y tienen una vigencia de tres meses por lo que finalizan hoy. Será la dirección quien adopte la medida de prologarlas o no.

El plan fue detectado al poco de llegar a la prisión Ponce, considerado como el cerebro de la pareja. / EFE

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Los niños fueron asfixiados y en dos uñas de Tindaya hay ADN de la madre

La autopsia realizada por los especialistas del Instituto de Medicina Legal de Santa Cruz de Tenerife confirma que los niños fallecieron asfixiados, aunque se sigue a la espera del resultado de los distintos análisis toxicológicos, que aclararán si se les suministró a los pequeños Tindaya y Joseba, de 11 y 5 años, respectivamente, algún tipo de droga de manera previa.

Eso sí, el análisis de los cuerpos sin vida de los pequeños, cuyos cadáveres se encontraron el pasado mes de diciembre en la vivienda familiar, sita en el barrio santacrucero de Vistabella, arroja algo de luz sobre lo acaecido.

En primer lugar y tal y como ya se ha publicado, la muerte de los niños se produjo entre tres y cuatro días antes de su hallazgo el martes 13, por lo que los forenses estiman que se les arrebató la vida entre el viernes 9 y el sábado 10.

Incertidumbre

Por contra, la duda permanece sobre si alguno de los menores intentó defenderse de la agresión, especialmente en el caso de la mayor. A este respecto, cabe destacar que en dos de sus uñas se ha encontrado restos del ADN de su madre, quien ya ha confesado que fue la autora material de ambas muertes.

Estos restos suelen suponer un indicio de defensa, pero en su cadáver no se han encontrado las lesiones propias de quien se resiste para evitar la referida asfixia mecánica, presumiblemente realizada con una almohada. Por otra parte, los análisis toxicológicos realizados a los dos imputados por esta causa, Sonia y el conocido como Ponce el Curandero, no hallaron rastro de ingestión de droga alguna.

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