Va por el aire > Benito Cabrera

Ranas, lombrices, pulgas y piojos (II) > Benito Cabrera

Comentábamos que existe una parte de la lírica popular en la que es frecuente el recurso literario de la prosopopeya. Las moralistas fábulas son el mejor ejemplo, aunque aparece en coplas, canciones infantiles y géneros diversos como la conocida como Mazurca Herreña.

Con la fórmula de “yo he visto”, expusimos algunos ejemplos de décimas cubanas que coinciden con parte del texto de la citada mazurca.

Una tendencia muy recurrente en las espinelas cubanas, como en ésta de Jesús Herrera (El Casimbero), en su composición El perro y el gato: (…) Yo he visto un gato corriendo /delante de un perro sato y después virarse el gato /y el perro salir corriendo. Pero nos ocupamos especialmente ahora de otra parte de la letra de nuestra mazurca que, si bien mantiene la metáfora de la personalización, no emplea la misma fórmula: Una pulga y un piojo / y un escarabajo blanco / fueron a jugar al naipe / a la orilla de un barranco. /La pulga le dijo un bido / el piojo dijo tres más / y el escarabajo dijo / carajo no juego más. Una clara alusión a nuestro juego de cartas más tradicional, al que se prestan tan dispares personajes.

También en estas estrofas encontramos una mezcla entre una tradición local (el juego del Envite) con una fórmula poética propia de un juego infantil del que encontramos diversas versiones peninsulares. En Albacete se canta: Una pulga y un ratón / y un escarabajo blanco / se pusieron a bailar /a la puerta de un estanco. Esta cancioncilla de rueda, de la que podemos encontrar múltiples versiones, se encuentra repartida por toda la geografía española.

Los préstamos, las adaptaciones y las mezclas son parte de la esencia del cauce multicultural del folklore, presente -como hemos visto- en una de nuestras mazurcas.