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Respaldo europeo a Mariano Rajoy > Antonio Alarcó

La Comisión Europea confirmó esta semana que España cerró 2011 con un déficit público del 8,5% respecto a su Producto Interior Bruto, en lugar del 6% que había anunciado Zapatero antes de su partida.

Ocurre que la cifra de déficit público español es la tercera más elevada de la Unión Europea, sólo superada por la de Irlanda y Grecia, países rescatados, y prácticamente dobló la que tuvimos en 2008, del 4,5%.

Se despejaban así las dudas que algunos sectores, siempre los mismos, irresponsables y sin factores inhibitorios, habían pretendido sembrar desde comienzos de año, sugiriendo que el Gobierno estaba falseando el panorama económico de nuestro país, para justificar las medidas de ajuste que está impulsando.

Bruselas lo que ha hecho es confirmar el engaño al que Zapatero había sometido a los españoles durante dos legislaturas respecto al estado real de nuestras cuentas. Un engaño más, pues nuestra deuda pública se ubica en el 68,5%, y tenemos el desempleo más alto de Europa, cercano ya a los seis millones de parados.

No nos gusta mirar al retrovisor, pero hay que hacerlo para encontrar la terapia necesaria a la enfermedad, por dura que sea, y ya Rubalcaba anda diciendo que el paro lo genera la reforma laboral del Partido Popular, que sólo lleva un mes en vigor. ¿Se ha olvidado ya de los casi 8 años de zapaterismo?

El equipo de Mariano Rajoy, un presidente coherente, formado y capaz, va a seguir proponiendo medidas para recuperar el crecimiento económico, después de haber recibido la peor herencia política y económica que jamás ha tenido en sus manos un Gobierno de España.
Mientras esto sucede, ese sector del PSOE sigue criticando casi todas las medidas propuestas hasta la fecha. Así se dejó sentir en el Congreso de los Diputados durante el debate de la Ley de Estabilidad Presupuestaria, y más recientemente, en el Proyecto de Ley de Presupuestos.

Esta irresponsabilidad es aún más grave cuando no va acompañada de propuestas alternativas que nos permitan suponer que tienen algún plan que ofrecer a los españoles para salvar nuestra economía. Da la sensación de que ellos no tienen nada que ver con esta crisis.

Rajoy está llevando a cabo reformas imprescindibles cuya oportunidad y valentía han confirmado y ratificado las instituciones comunitarias, y afloran los gestos de apoyo a los ajustes que todos los españoles estamos haciendo por mejorar, por adaptarnos a una situación de crisis gravísima que es distinta a todo lo que hemos conocido hasta ahora.

Así, el Banco Central Europeo ya ha mostrado su respaldo a lo que denomina “esfuerzos extraordinarios y coherentes” del Gobierno de España por rebajar nuestro déficit y ubicarlo cerca del 3%. Entre esas voces, se ha alzado también la del vicepresidente de la Comisión Europea y Comisario para la Competencia, Joaquín Almunia, ex secretario general del PSOE, quien ha alabado estas acciones.

En un gesto de responsabilidad y lealtad institucional, que bien podría servir de ejemplo a ese sector poco constructivo del PSOE al que hemos aludido, Almunia ha asegurado que estamos en buen camino para pedir a nuestros socios europeos el apoyo necesario para afrontar la actual situación.

Este tipo de mensajes que aportan cohesión y unidad en torno a las medidas de futuro que requerimos, y que pueden estar seguros de que tampoco agradan al Partido Popular, son fundamentales para generar la confianza que se ha perdido en nuestro país, observado con lupa en nuestro entorno más cercano.

Citando a Churchill, nuestro ministro de Economía, Cristóbal Montoro, afirmó en el Congreso de los Diputados esta semana que España sólo se encuentra “en el principio del principio” de la solución a la crisis, pero que los esfuerzos actuales tendrán como resultado el camino del futuro hacia el crecimiento económico y la creación de empleo.

El Gobierno de Mariano Rajoy está siendo, ante todo, muy consecuente con nuestra realidad, diciendo la verdad a los ciudadanos sobre las medidas de austeridad que estamos afrontando, que no son distintas a las que ya llevan años aplicando familias, autónomos y empresarios desde el inicio de la actual crisis.

Somos un gran país, una democracia madura y fuerte, que logrará enterrar para siempre una crisis que no debe socavar los pilares de nuestra sociedad.

Los resultados en política y economía han de medirse a cuatro años vista, y estamos convencidos de que así será.

Antonio Alarcó Senador por Tenerife y portavoz del Grupo Popular en el Cabildo