El Consejo de Gobierno de Canarias acordó el sábado pasado la subida del IGIC hasta el 7% (en su tipo general, ahora en el 5%), además de otras medidas de carácter económico para intentar cuadrar la contabilidad regional en un año, el de 2012, que se presenta muy difícil.

El esquema general se basa fundamentalmente en la subida de impuestos: IGIC, combustibles, IRPF, Sucesiones, grandes superficies, operaciones financieras, etc. Se echa de menos un paquete similar pero de medidas de reactivación económica y, consecuentemente, de generación de empleo.

El sector turístico, en especial el hotelero, que es el que está tirando de la economía y el que generó el pasado año 20.000 nuevos empleos, ha sido el gran perjudicado con las nuevas medidas impositivas.

Como todo los profesionales del turismo conocen, los contratos con los turoperadores se firman con un año de antelación e incluyen en los precios convenidos el IGIC.

Ello significa que esos dos puntos de incremento lo van a tener que asumir los hoteleros, convirtiéndose así en un impuesto directo para los empresarios locales de la hostelería, en lugar de uno finalista o en cascada, que es su esencia.

Es muy grande el castigo que está recibiendo el único sector que crea empleo: primero fueron las subidas de las tasas aéreas y de la electricidad, y ahora está el incremento de estos costos, que va directamente a la cuenta de explotación, y en consecuencia, a los recursos destinados a la renovación y mejora del sector.

Además, es muy probable que no aumente la recaudación al disminuir la demanda, y que también se reduzca el empleo. Para hacernos una idea de lo que suponen esos dos puntos porcentuales de incremento, basta con una simple operación de cálculo sobre los aproximadamente 5.000 millones de facturación que hay con los turoperadores. Como resultado tenemos 100 millones de euros, que es el 40% del beneficio global por ese concepto, considerando una rentabilidad media del 5%.

Si comparamos ese incremento con lo que aproximadamente pagan los hoteleros canarios en concepto de impuesto de sociedades por las ventas a los turoperadores, que es aproximadamente el 20%, llegamos a la conclusión de que esa subida del IGIC lo duplica, algo realmente inédito y desproporcionado pues se alcanza la espectacular cifra a escala internacional de tener que soportar un impuesto medio directo del 60%. De momento, el acuerdo del Gobierno tiene que refrendarse en el Parlamento, donde esperamos que se estudien mejor las implicaciones apuntadas, y que se adopte una decisión más justa y eficaz.

* Hotelero y expresidente de Ashotel