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Este mismo fin de semana se ha estrenado Los Vengadores, una película protagonizada por famosos superhéroes de los cómics de la editorial Marvel. A los que no son aficionados al arte de la viñeta les parecerá una cosa muy novedosa y actual, pero resulta que el célebre guionista Stan Lee los creó en el año 1963, seis años antes de que los americanos pusieran un pie en la luna. Los Vengadores están formados por un puñado de superhéroes de increíbles poderes y singular atuendo, cuya misión es defender a todos los pueblos del planeta de las más terribles amenazas. Y además, gratis.

En esta nueva película, sus miembros se juntan para derrotar al malvado Loki, quien a pesar de ese nombre de transformista de cabaret, planea conquistar la tierra por un quítame allá esas pajas entre familiares. Para este complejo fin se acompaña de una lanza y una cara de mala leche que da miedo verlo. Habrá que ver la película para comprobar si esas dos cosas le son suficientes. Lo varones tenemos alma de héroes y de salvadores de damas en apuros. Supongo que va en nuestros genes machistas. El rapto de Helena de Troya fue el origen de un pedazo de guerra entre griegos y troyanos. En la edad media, las canciones de gesta hablaban de las hazañas heroicas de caballeros andantes. Las baladas y pastorelas eran otras formas musicales sobre el amor caballeresco y el rescate de doncellas en necesidad de auxilio. Siempre ha sido así, a los niños les encantan las armaduras y el traje de Superman a partes iguales. Robin Hood, El Zorro, el Cid… Con cinco años nos das un buen gorro y una espada y, aparte de cargarnos algún jarrón, no dejamos un malo vivo. El mundo necesita superhéroes. Muchas veces hemos imaginado, aunque sólo fuera por un rato, que debería haber alguien ahí fuera para poner en su sitio a los asesinos, explotadores y villanos de todo el mundo. En cambio, sólo en la literatura, sagrada y profana, suelen perder los poderosos.

El mundo real y sus reglas lo han creado ellos, y nadie inventa un juego para perder. Da igual que saques dos seis seguidos porque pronto estarás de nuevo en la casilla de salida o, aún peor, en la cárcel. Sí, porque ellos encima tienen en la manga esa tarjeta que pone “indultado” y que tú ni sabias que estaba en el mazo. Los villanos van ganando, que alguien nos ayude.