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Un grave error, una tremenda injusticia > José Manuel Bermúdez

Se suele decir con sorna que el economista es aquel que explicará mañana por qué lo que predijo ayer no sucedió hoy. Y parece cada vez más claro que las recetas clásicas van perdiendo sentido, sobre todo en un mundo globalizado y sobrepasado por los acontecimientos. Pero hay algo que sigue siendo evidente: si al ajuste y la austeridad (elementos necesarios) no le sumamos iniciativas que activen el movimiento económico (y eso es lo que no vemos en estos momentos) la propia economía dejará de deber, pero porque morirá de inanición.

La tasa de paro se acerca al 25% en España,y casi el 30% en Canarias, una cifra aún mayor que la que se alcanzó tras la Gran Depresión de 1929. Es cierto que el déficit requiere de esfuerzos (también públicos, pero no sólo: de hecho tan sólo el 16% de la deuda española corresponde a la Administración), pero no es menos cierto que en una caída brutal del sector público, acompañada de casi un 25% de paro, subir el Impuesto de la Renta hará que los ciudadanos aún tengan menos dinero, por lo que consumirán menos; las empresas venderán menos, por lo que también producirán menos, y al tener pérdidas despedirán a más personas y aumentará aún más el desempleo; y al haber más personas sin trabajo, se pagarán menos impuestos y el Estado recaudará menos dinero con el que pagar el déficit acumulado. Pero si además de subir los impuestos como nunca antes se había realizado en España, el gobierno central, en el colmo del desatino, reduce este año un 40% la inversión pública, provocará un efecto multiplicador en la caída en bienes y servicios ofrecidos por el sector privado, y la consecuentes pérdidas de las empresas que tendrán que despedir a más empleados. Un desastre.

En el Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife llevamos casi un año reduciendo nuestra deuda con medidas de control del gasto y optimización de los recursos, hasta el punto que mientras la mayoría de las capitales autonómicas han alcanzado (y algunas superado) el tope máximo de endeudamiento que se permite a las corporaciones locales, hemos sido capaces de reducirlo hasta la mitad de ese límite. Hemos hecho la tarea, con la mitad de la deuda máxima permitida, con proyectos eficaces que obtienen el apoyo insular y autonómico junto a la financiación comunitaria, y una permanente dinamización del sector servicios bajo la convicción de que no hay mejor política social que incentivar la creación de empleo. Y ahora el PP, cinco meses después de ganar unas elecciones prometiendo todo lo contrario, nos dice que ante la gravedad de la crisis, adopta medidas que todas las teorías económicas auguran que generarán más recesión y más paro, especialmente en Canarias.

No es sólo un grave error. Es además una tremenda injusticia muy especialmente con quien sí ha hecho su tarea y que, además, se merece y necesita una atención especial. No es una dádiva ni una limosna, es de justicia. No pueden borrar de un plumazo compromisos adquiridos con los canarios y especialmente con su capital. A los casi 30.000 parados que ya tendremos en Santa Cruz, se le sumarán ahora otros 3.000 como consecuencia directa de las medidas del Gobierno de Rajoy. Unas medidas apoyadas por los diputados y senadores del grupo popular que causarán un daño irreparable a las familias del municipio, familias que, sinceramente, ya no pueden soportar más esta situación.

José Manuel Bermúdez Alcalde en el municipio de Santa Cruz de Tenerife (CC)