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Una senda del pasado con mucho futuro

Los caminantes que salieron de Granadilla casco, por el tramo de Las Crucitas, recuperado hace unos años, con el núcleo de Los Llanos al fondo./ FOTOS: VICENTE PÉREZ


VICENTE PÉREZ | Granadilla

En un día fresco y nuboso, pero con mucha calidez de ánimo, más de 1.300 caminantes recorrieron ayer desde distintos puntos de salida la Ruta del Hermano Pedro. De ellos, 800 completaron los casi 20 kilómetros de Vilaflor a El Médano, un museo al aire libre del paisaje del Sur de Tenerife, desde los pinares y huertas con viñedos de chasna, hasta los tabaibales y cardonales de las medianías y costas, salpicado de antiguos volcanes, alguno de ellos destrozado por las extracciones de áridos.

Con la de ayer van ya siete ediciones de una caminata que trata de recuperar este sendero tradicional, usado antaño por los pastores en la transhumancia del ganado. Entre ellos, hace unos 350 años, Pedro de Bethencourt, el santo canario nacido en Vilaflor, que se refugiaba con su rebaño en la cueva, hoy santuario, situado en un barranco al final de la pista del aeropuerto.

La ruta comenzó a las 7.00 horas en el casco chasnero. Por delante, cinco horas de andar ligero, desde los 1.500 metros de altura hasta unos 10 sobre el nivel del mar. Este diario se sumó a senderistas y peregrinos a las 9.30, cuando un centenar de participantes comenzó la ruta en el casco de Granadilla, atravesando luego ramales del camino tradicional recuperados en los últimos años, como el de Las Crucitas. En Los Llanos, cerca la carretera de Charco del Pino, ese encontraron con el río de caminantes que provenían de Vilaflor.

Campo de volcanes

Especialmente bello fue el tránsito junto a Montaña Gorda, espectacular cráter volcánico redondeado por la lluvia de milenios, desde donde se vislumbra San Isidro y, al fondo, como un faro, Montaña Roja. De ahí a El Médano el sendero está aún sin restaurar, como en Las Hurtadas, donde futuras urbanizaciones comprometen su conservación.

También despertó curiosidad el paso bajo la autopista, a través de un túnel más de cien metros. En el tramo final, los peregrinos casi podían tocar los aviones que despegaban, un sonido ensordecedor que anuncia la cercanía de la Cueva del Hermano Pedro. Allí ofició una misa el obispo, Bernardo Hernández. En primera fila -con sillas reservadas-, alcaldes y concejales de la comarca.

Ya sea por amor a la naturaleza, ya por fe en el santo, la sonrisa en el semblante se reflejaba en los caminantes, de todas las edades, con esa satisfacción de quien alcanza una meta, acaso un estado interior de paz.

“Un camino para todos”.

El geógrafo y asesor en Patrimonio del Ayuntamiento de Granadilla José Juan Cano mostró su satisfacción tanto por la participación, que colmó las expectativas, como por la actitud de los senderistas, que en todo momento siguieron las indicaciones de la organización, sin salirse de la senda fijada. “Se ha consolidado una ruta de todos y para todos, y se demuestra el acierto de recuperar las redes camineras”, manifestó este experto en senderos tradicionales, autor del proyecto para la restauración y rescate de esta antigua vía pedestre, poniendola en valor además como forma de dinamizar la economía de las zonas que atraviesa.

Se han recuperado diez kilómetros del sendero, y, si alguna sombra hay que poner, son viviendas de autoconstrucción sin enfoscar, extracciones en algunos conos volcánicos y partes del camino aún no restauradas. Se notó la limpieza a fondo realizada, salvo un basurero puntual una vez pasada la TF-1.