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Venezuela no ha superado divisiones diez años después del golpe contra Chávez

Imágenes en apoyo al presidente de Venezuela, Hugo Chávez, son vistas en las calles de Caracas (Venezuela) para recordar su "victoria" el 11 de abril de 2002. / EFE

LAURA BARROS (EFE) | Caracas

Diez años después del golpe de Estado que sacó fugazmente del poder al presidente Hugo Chávez, Venezuela no ha superado las divisiones abiertas desde entonces aunque sí se aferra a la democracia como única salida viable, coincidieron analistas, víctimas de esa intentona y políticos.

Los venezolanos recordarán hoy una multitudinaria marcha opositora convocada para el 11 de abril de 2002 y que un día después desembocó en un golpe que involucró a empresarios, políticos y militares, mientras se preparan para volver a las urnas el próximo 7 de octubre en las presidenciales para el período 2013-2019.

Chávez, quien retornó al cargo menos de 48 horas después del golpe, aspira ahora a una tercera reelección y a derrotar al gobernador del estado Miranda (centro), Henrique Capriles, quien encabeza a una dirección política que se ha mantenido a la sombra del jefe de Estado que ejerce la Presidencia desde 1999.

Diez años después analistas consideran que el 11 de abril significó una “fractura” en el seno de la sociedad venezolana, que después del golpe ha visto enfrentarse al Gobierno y la oposición en al menos diez procesos electorales, uno de ellos un referéndum revocatorio de Chávez.

“Esta noción de que el país está partido en dos, precisamente, tiene por origen los sucesos del 11 de abril de 2002″, dijo a Efe el analista John Magdaleno, quien, sin embargo, diferencia lo ocurrido el día de la manifestación de los sucesos acaecidos posteriormente.

A su juicio, el 11 de abril se dio una “movilización masiva” en la que se plantearon de reivindicaciones y un “malestar muy concreto” frente al presidente Chávez en tanto que el 12 una elite “asume la legitimidad aparentemente provista” por la manifestación.

Magdaleno, profesor del Instituto de Estudios Superiores de Administración de Caracas (IESA), describe lo ocurrido como “un golpe de Estado más sofisticado”, pues, a su juicio, el día 12 tuvo lugar un “error” como fue la “autoproclamación” como presidente venezolano del empresario Pedro Carmona, asilado en Colombia.

Para la entonces ministra y hoy diputada del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) ante el Parlamento Latinoamericano (Parlatino) Ana Elisa Osorio, el 11 de abril se cumplió un “guión” basado en una “matriz mediática” y que, a su entender, puso en evidencia que el Departamento de Estado de Estados Unidos “tenía sus manos aquí”.

“En el guión no estaba que la población iba a reaccionar rápidamente, que se iba a organizar” y tampoco “que una parte de las Fuerzas Armadas iba a responder positivamente”, aseguró Osorio, quien consideró que “por la voluntad popular” se ha mantenido este Gobierno bolivariano a lo largo de los últimos 13 años.

Osorio, quien durante las horas del golpe de Estado descartó ante las cámaras la versión sobre una presunta renuncia de Chávez, consideró que esos hechos dejaron claro que la violencia “no es el camino” aunque admitió que la “polarización siempre ha existido” y declaró que cree en la lucha de clases.

Desde el lado de las víctimas, que, oficialmente se cifran en al menos 19 muertos y 100 heridos, el abogado Alfredo Romero, quien representa a las familias de ocho de los fallecidos, coincidió en que la violencia no es el camino, pero advirtió que ha traído “resultados positivos para aquellos que quieren centralizar el poder”.

Romero apuntó que la violencia “ha servido para disminuir manifestaciones” de “grandes dimensiones” que antes de esa fecha se llevaban a cabo y para su criminalización.

Criticó que se haya presentado esa fecha como “una bandera política” mientras, a su juicio, el Gobierno “nunca ha hablado de los asesinatos ocurridos y de la impunidad que ha existido”.

Romero lamentó que en estos diez años ha habido una “promoción de la impunidad” al no haberse esclarecido por completo estas muertes, que consideró se han transformado en una necesidad de promover la vida”.

“Seguimos polarizados”, concluyó el abogado, quien ha llegado hasta la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) en busca de justicia por las muertes de Juan David Querales, Jhonnie Palencia, Víctor Reinoso, Jesús Mohamad Espinoza, Orlando Rojas, José Antonio Gamallo, Alexis Bordones y once de los heridos.