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La papiroflexia fortalece el cerebro y ayuda a entender las matemáticas

El arte de la papiroflexia, que se guía por la máxima de "no cortar, no pegar, sólo plegar". | DA

EFE | Zaragoza

El arte de la papiroflexia, que se guía por la máxima de “no cortar, no pegar, sólo plegar” usando papel, beneficia al cerebro porque se “fortalece” con la práctica y ayuda a comprender conceptos matemáticos, especialmente la geometría, por lo que es un ejercicio muy recomendable para la escuela.

Así lo ha afirmado Robert Lang, uno de los mayores expertos en la técnica del origami, que ha visitado hoy la exposición “Grupo Zaragozano de Papiroflexia”, junto al sudafricano Quentin Trollip, y ha conocido el proyecto de ejecución del Museo Origami de Zaragoza, el primero de estas características que existirá en Europa.

Lang empezó a crear figuras con papel con tan sólo seis años, una larga trayectoria que le ha llevado a ser de las pocas personas, si no la única, que vive de esta profesión en el mundo, impartiendo conferencias, escribiendo artículos, publicando libros o colaborando en campañas publicitarias.

“Para mí es una actividad a tiempo completo, es una mezcla de arte, trabajo y pasión. No es fácil ganar dinero, tienes que hacer muchas cosas diferentes, porque una sola no es suficiente para hacer un trabajo”, ha señalado Lang en una entrevista con Efe.

En España, uno de los primeros intelectuales que tomó en serio la confección de “pajaritas de papel” fue Miguel de Unamuno, filósofo y rector de la Universidad de Salamanca, quien usaba el término “cocotología”, de su invención, para referirse a este arte de origen japonés sobre el plegado del papel, el origami.

Cualquier persona, a juicio de Lang, puede desarrollar la habilidad de crear una figura origami, porque no necesariamente requiere una capacidad especial, simplemente necesita mucha práctica para diseñar unas figuras que serán más creativas cuanto más tiempo le dediques, ha comentado.

“Creo que hay gente que conoce el arte del origami, pero de una forma simple, no hay mucha que lo haga en profundidad. Pero cada vez hay más personas interesadas que están aprendiendo gracias a exhibiciones como las que se ha realizado aquí y con el museo de Zaragoza”, ha destacado.

Este creciente interés es beneficioso, sobre todo si se impulsa desde la escuela, porque fortalece el “cerebro” y ayuda a comprender conceptos matemáticos, especialmente en el campo de la geometría que Lang utiliza en el diseño de sus creaciones.

De hecho, este experto estadounidense, que habitualmente se inspira en la naturaleza, representa en una hoja en blanco cada parte del objeto que va a crear con formas geométricas -círculos o cuadrados- antes de empezar a plegar el papel, siguiendo su “intuición” hasta conseguir la forma definitiva.

Esta es una de las técnicas que se utiliza, pero hay otras que consiguen los mismos resultados, como las desarrolladas en algunas de las figuras que se muestran en la exposición del “Grupo zaragozano de Papiroflexia”, ubicada en el Centro Joaquín Roncal de Zaragoza.

Esta exposición incluye cerca de cuatrocientas piezas, distribuidas en tres plantas, que narran la historia de este grupo, el “más antiguo del mundo”, que surgió a raíz de una tertulia de intelectuales en el café Nike de Zaragoza en plena posguerra, en 1944.

De hecho, la primera planta recoge figuras diseñadas por zaragozanos y expertos de otros países hasta 1972, año en el que se extinguió el grupo, que volvió a refundarse con la misma filosofía a finales de esa misma década, ha comentado el presidente de la Asociación Origami de Zaragoza, Jorge Pardo.

Un torero, cuya capote se ha descolorido, elaborado por el americano Neal Elías; un Quijote de la Mancha, acompañado del inseparable Sancho Panza o figuras del “origamista” japonés Akira Yozhizawa, al que Google dedicó su portada el pasado 14 de marzo, fecha en la que casualmente nació y murió, conforman esta parte de la exposición.

En las plantas superiores, se han expuesto figuras elaboradas en los últimos años, entre ellas un “Tyrannosaurus rex” de Issei Yoshino para el que utilizó veinte piezas; la copa del mundial de fútbol de Sudáfrica; un lector elaborado con un paquete de tabaco, o la maqueta de la Escuela y Museo de Origami de Zaragoza.

Este espacio, que se inaugurará a mediados del próximo año y que se ubicará en el Mercado de San Vicente de Paul, incluirá las creaciones de expertos internacionales, también de Robert Lang, y contará con la colaboración del Ayuntamiento de Zaragoza y de la embajada de Japón.

En este centro, los miembros de la asociación enseñarán que “el universo es plano y está contenido en una hoja de papel”, ha precisado Pardo.