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Los pasajeros del aviso de bomba se arriesgan a la cadena perpetua

El avión de Thomas Cook, ayer en el Reina Sofía en el momento de ser abordado por la Guardia Civil para averiguar la veracidad de la amenaza. | DA

TINERFE FUMERO | Santa Cruz de Tenerife

Los dos jóvenes ingleses que ayer amenazaron falsamente con explosionar el avión que los traía a Tenerife se enfrentan a un mínimo de cinco años de cárcel y a una pena máxima de cadena perpetua si son juzgados por estos hechos en el Reino Unido. Por contra, si finalmente son procesados en España, el máximo castigo previsto para hechos como el descrito en nuestro ordenamiento jurídico es de un año de prisión y una multa.

Tal y como adelantaron ayer al unísono las web de eleconomista.com y diariodeavisos.com, los dos jóvenes en cuestión, que han sido identificados como Airam J. y Nathan L. T. -de 20 y 21 años, respectivamente- iniciaron una discusión con la tripulación del avión de Thomas Cook que, procedente de Manchester, los traía al Tenerife Sur-Reina Sofía-. Al parecer, en el origen de la discusión se halla la solicitud de más bebidas alcohólicas por parte de los jóvenes, que elevaron tanto el tono de la disputa que el comandante de la aeronave llegó a considerar la posibilidad de tomar tierra en Marruecos, país que sobrevolaban en ese momento.

Finalmente, optó por avisar a la torre de control del aeródromo tinerfeño, que recibió a la aeronave con el amplio y costoso dispositivo previsto para estos casos, que incluye conducir el aparato al lugar más aislado posible y la intervención de bomberos, Guardia Civil, sanitarios, Cuerpo Nacional de Policía, Policía Local y personal del aeropuerto.
Cuando los efectivos del Grupo Rural de Seguridad número 8 de la Guardia Civil irrumpieron en el avión, los chicos reconocieron que no había bomba, extremo comprobado con posterioridad por un equipo de Desactivación de Explosivos del Instituto Armado.

Con los detenidos a buen recaudo en los calabozos del Reina Sofía (donde permanecían al cierre de esta edición) y los 216 pasajeros restantes más ocho tripulantes felizmente sanos y salvos, resta saber qué país juzgará estos hechos.

Aunque la ley española dispone que al ser la aeronave inglesa es territorio del Reino Unido y a ellos les corresponde, no sería la primera vez que finalmente fueran juzgados en España, donde el Código Penal prevé penas de cárcel entre seis meses y un año o multa y la Ley de Seguridad Aérea (2003) solo multa aunque no cita específicamente la falsa amenaza de bomba.

Por contra, la legislación penal básica del Reino Unido (Criminal Law Act, 1977) propone una pena de cinco años de cárcel que la norma específica de aviación (Aviation Security Act, 1982) eleva hasta la cadena perpetua si el comandante del aparato entiende que hubo riesgo real para la suerte de la aeronave.