J. L. CÁMARA / N. DORTA | Santa Cruz de Tenerife / Los Cristianos
Quince días. Ese es el tiempo que la provincia de Santa Cruz de Tenerife puede quedarse sin el helicóptero AH40 medicalizado del Servicio de Urgencias Canario (SUC), con base en el aeropuerto Tenerife Sur. Según señalaron diversas fuentes a este periódico, la nave sufrió una avería, motivo por el cual permanecerá sin prestar servicio las próximas dos semanas.
Dadas las características del helicóptero, ningún otro aparato puede reemplazar al AH40, excepto el AH30, que tiene su base en el aeródromo de Gando. En la actualidad, en el Reina Sofía hay dos helipuertos, uno para el helicóptero de Salvamento Marítimo y otro que usa el citado AH40 del SUC.
Desde la empresa pública Gestión de Servicios para la Salud y la Seguridad en Canarias (GSC), que gestiona el Servicio de Urgencias Canario, negaron ayer que el helicóptero estuviera averiado, aunque reconocieron que la nave no estará operativa porque “va a pasar la revisión reglamentaria por horas de vuelo, establecida por la normativa aeronáutica”. “Mientras esté en revisión, será sustituido por otro aparato, ya que el contrato que tiene el SUC así lo establece”, agregaron las mismas fuentes, quienes recalcaron que “la repuesta sanitaria aérea en el Archipiélago sigue estando garantizada por dos helicópteros medicalizados y por el avión medicalizado del Servicio de Urgencias Canario.
El equipo de cada una de los helicópteros está compuesto por un piloto, un copiloto, un médico y un enfermero. Las aeronaves del SUC llevan a cabo el mayor número de horas de vuelo anuales por aparato de todo el Estado, dada la especial orografía de las Islas, y destacan también en el número de intervenciones. Desde sus inicios, los dos helicópteros comenzaron a operar las 24 horas del día, al estar autorizados para volar por la noche, siendo pioneros con respectos a otras comunidades en las intervenciones nocturnas y liderando tanto el número de intervenciones como el número de horas de vuelo en estos servicios. Estas aeronaves fueron también las primeras facultadas por la Dirección General de Aviación Civil para realizar la desfibrilación en vuelo.