JOSÉ LUIS CÁMARA | Santa Cruz de Tenerife

A medida que avanzan las semanas se van recrudeciendo los problemas en el sector sanitario del Archipiélago, uno de los más afectados por la crisis y los recortes. El último episodio viene marcado por la programación de las vacaciones estivales en los hospitales y centros de salud de la provincia tinerfeña, que podrían perder hasta un 25% de su plantilla entre julio y noviembre.

El motivo, la controvertida decisión del Gobierno de Canarias de reducir cerca de 50 millones de euros en el capítulo de personal del Servicio Canario de la Salud (SCS) en los Presupuestos Generales de la Comunidad Autónoma para 2012. Ello está motivando que no se cubran las bajas ni vacaciones de los profesionales, que además han visto cómo se les aumentaba la jornada laboral de 35 a 37,5 horas semanales.
Los sindicatos con representación en el sector, no obstante, albergaban la esperanza de que la Consejería cumpliera su promesa y compensase la reducción presupuestaria en personal, con lo obtenido de la facturación a terceros a lo largo de este ejercicio. De hecho, aquella promesa sirvió a la Consejería para ‘frenar’ una huelga general en el sector en diciembre pasado.

La propuesta de la Consejería de Sanidad era destinar el 60% de estos ingresos (que se perciben por la atención a personas extranjeras, de seguros privados y/o accidentes de tráfico) al capítulo de personal, una medida que supuestamente permitiría obtener unos ingresos cercanos a los 70 millones de euros.

Sin embargo, a día de hoy las organizaciones sindicales aún no saben si Sanidad destinará finalmente lo recaudado a contratar sustitutos para las vacaciones, un tema que ni siquiera se abordó en la última Mesa Sectorial, celebrada el 23 de abril. En este sentido, el secretario provincial del Sindicato de Enfermería (Satse) en Tenerife, Leopoldo Cejas-Fuentes, dejó claro que “si no se cubren las vacaciones y se produce una disminución de la actual plantilla en los próximos meses, la situación puede llegar a ser caótica, porque ya estamos en precario”. “La decisión de la Consejería de obligar al personal a coger todos sus días -incluidos los de libre disposición- entre junio y octubre, dejará los centros de salud y hospitales muy mermados, lo que afectará a la calidad”, agregó Cejas-Fuentes.

En la misma línea se manifiestan desde el Sindicato Médico (CESM) en la provincia tinerfeña. Su vicesecretario, Levy Cabrera, cree que “habrá que cerrar plantas de hospitales y consultorios para que los servicios no se resientan, pero se les ha echado el tiempo encima y no sabemos qué pasará”. “La planificación y la organización brillan por su ausencia, y será un verano muy complicado”, concluye.

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Movilizaciones

Los sindicatos con representación en el sector sanitario del Archipiélago continuarán esta semana con sus acciones de protesta por los recortes de las administraciones central y regional. Así, el jueves volverá a haber concentraciones a las puertas de los hospitales y centros de salud, y no se descartan la convocatoria de paros parciales a partir de la próxima semana. De igual modo, en los próximos días se decidirán otras medidas y acciones más “contundentes”.

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