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Absuelta de la acusación de desfalco en el caso de Volkswagen, la que fuera amante del ex presidente Volkert

EFE | Fráncfort

Adriana Barros, que fue amante del antiguo presidente del comité de empresa de Volkswagen Klaus Volkert, ha sido absuelta de la acusación de desfalco en el caso de corrupción en el mayor fabricante automovilístico de Europa.

Barros, de origen brasileño y que ahora tiene 47 años, estaba acusada de cobrar 250.000 euros de Volkswagen sin haber aportado a la compañía prestación alguna, así como de pasar a la firma costes de vuelos, estancias en hoteles y cursos de idiomas privados por valor de 100.000 euros.

El juzgado de Wolfsburg ha considerado que no se ha probado que Barros supiera que los pagos de Volkswagen fueran ilegales y que hay serias dudas de que tuviera información suficiente sobre procesos internos en la compañía, según dijo el juez Holger Kuhlmann.
La Fiscalía ha anunciado que interpondrá un recurso.

Este proceso judicial relacionado con el escándalo de corrupción de Volkswagen se ha producido siete años después de que salieran a la luz pública sobornos, viajes de lujo y servicios de prostitutas pagados con fondos de la empresa automovilística.

La acusada había presentado un recurso a la condena de un año de libertad condicional vigilada que le fue impuesta en julio de 2008.

A finales de febrero de 2008, la justicia alemana condenó a Volkert a una pena de cárcel y al antiguo director de personal Klaus-Joachim Gebauer a un año de libertad condicional en el tercer proceso por corrupción en la compañía.

Volkert cobró bonificaciones extraordinarias de casi dos millones de euros del antiguo director de personal Peter Hartz, que fue condenado a dos años de libertad condicional y a pagar una multa de 576.000 euros por 44 casos de desfalco.

Hartz, acusado de haber tratado favorablemente a miembros del comité de empresa en el escándalo de corrupción, reconoció haber pagado elevadas sumas de dinero a Volkert y a Barros entre 1994 y 2005 y consideró que “compró” al sindicalista.

Gebauer fue quien organizó los viajes de placer, fiestas con servicios sexuales y regalos a costa de Volkswagen, después de que Hartz le pidiera que tratara “generosamente” a la cúpula del comité de empresa.