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Álex Rovira: “Tenemos que dejar ya de quejarnos”

Álex Rovira, en un momento de la entrevista en el Auditorio Infanta Leonor de Los Cristianos. / DANIEL L. CETRULO

JOSÉ L. CONDE | Arona

Álex Rovira, autor de bestseller como La buena suerte o El laberinto de la felicidad ha visitado Los Cristianos para impartir una conferencia en el Auditorio Infanta Leonor, en el marco de unas jornadas empresariales organizadas por el Ayuntamiento de Arona. Lleno absoluto y varios minutos de aplausos corroboran el entusiasmo que despierta entre la gente.

-¿Cree usted que los españoles serán capaces de aguantar los augurios de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) de dos años de depresión económica y un alto nivel de desempleo en España ?

“Creo que la realidad económica que hoy tenemos es el resultado de la deficiente gestión de los últimos años y, además, hay algo grave y endémicamente difícil de resolver, que es la cultura del trabajo. Cuando hace dos años se decía que había brotes verdes era imposible. Los brotes verdes nacen de un doble plan estratégico que es lo que hizo Finlandia cuando le cayó el PIB un 25%. Un plan estratégico de nación y de educación. El primero, que te posiciona en el mapa global de competitividad, fue la apuesta por la tecnología, y el otro fue una educación para ser los mejores del mundo. Y lo consiguieron. Hoy esos indicadores, incluso frente a esta crisis sistémica, no se han visto afectados. Tenemos que percibir la realidad sin resignación, pero aceptándola desde todos los niveles de la sociedad. La única respuesta pasa por una formación excelente y una clara apuesta por la innovación y la apertura a mercados extranjeros. Ello implica una actitud de longanimidad, palabra que está en el diccionario, y que se define como la capacidad de reiterar ante la adversidad y benignidad, clemencia y generosidad. Es el momento de la paciencia, de la esperanza, pero con los pies en el suelo. Mi hipótesis es que la psicología crea la economía, no puede haber valor sin valores. Por tanto tenemos que asumir lo que nos espera y dejar ya de quejarnos. Si hablamos que sea para dar soluciones y para animar al otro, pero no para añadir más pesar. Y confiar que aquellos que gobiernen a cualquier nivel tengan el criterio suficiente para saber salir de esto y que nosotros tengamos criterio suficiente para elegirlos”.

-Unicef ha cifrado en 2.200.000 los niños que en España viven bajo el umbral de la pobreza. ¿Cree que las administraciones públicas, con tanto recorte, son conscientes de estos escalofriantes datos?

“Es absolutamente terrible. Es dramático. Yo me hago varias preguntas. ¿Cómo es que el fiscal del Estado no ha intervenido de oficio, no solo en Bankia, sino en todo el desmán de todas las cajas? ¿Cómo es posible que los ladrones de guante blanco, ocultadores de la incompetencia de la malversación de fondos, no están en la cárcel? ¿Cómo es que los sinvergüenzas no están pagando la partida y la pagan finalmente los niños y las familias que sufren una desestructuración, no solo en las clases bajas sino en la clase medias, que están desapareciendo? ¿Cómo es que la ley, que es la que debe salvaguardar la justicia social, no actúa de oficio? Yo ceo que las autoridades no solo no son conscientes del hecho, sino que no están actuando para revertir esta perversión”.

-La desaparición de las clases medias es el precio que tendremos que pagar…

“Lo que es obsceno, por ejemplo, es que la crisis está provocando un aumento de un 30% de la venta de artículos de lujo mientras que todo lo demás se está desestructurando. Esto es un síntoma inequívoco de que se han hecho las cosas nefastamente. No puede ser que del marasmo se enriquezca una minoría que, además, gasta obscenamente en banalidades cuando hay gente que no tiene para comer. Lo que no se cambia por convicción se cambia por compulsión. Hay gente que está indignada. Salgamos del cliché del chaval joven, hay mucha población madura, jubilada, etcétera… si lo público no hace nada se pasará al compromiso, que puede generar a la larga una situación de revuelta social porque si la palabra no se escucha y entiende y la obscenidad, por ejemplo los recortes que no conducen a la recuperación sino que alargan el estancamiento, se llega a un punto en que uno se cuestiona que tiene que pasar a la acción. Esto me da miedo porque entonces realmente tendremos problemas muy graves”.

Freno a la financiación

-¿Es posible emprender cuando está cerrado el grifo del crédito?

“Es mucho más difícil. Hoy un emprendedor tiene que buscar la financiación en otros canales, que los hay, aunque son menos y es más difícil. Por ejemplo, aquellos que aporten financiación al proyecto porque crean en él, a la banca no convencional, a la ética, o a amigos, que te apoyan con una participación, y tú buscas más apoyos. Así se garantiza el proyecto. Los bancos que han hecho este agujero tremendo están siendo ayudados. Es una perversión total. Es diabólico ayudar a quien nos ha llevado a esta situación. Aquellos que han actuado en muchos casos sin vergüenza reciben el apoyo que les salva. Es indignante”.