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Altura de miras > Leopoldo Fernández

“Altura de miras”. Es la petición de José Manuel Soria a Paulino Rivero a la hora de que éste adopte medidas con las que hacer frente a la crisis. Y la de los representantes de la hostelería y el turismo al propio Rivero para que sea “sensible” antes de subir el IGIC del 5% al 7%. También es la solicitud al Gobierno de los sindicatos canarios que hoy se suman a la huelga general convocada contra los recortes en la educación pública, en especial el aumento de alumnos por clase y de horas lectivas. Doy también por sentado que se reclamarán “altura de miras” el presidente Rajoy y su homólogo canario, durante la entrevista de hoy en La Moncloa. Ese acercamiento de posiciones, esa comprensión generosa, ese limar asperezas en aras de proteger o lograr un bien superior, no creo que disguste a nadie, ni a nadie ofenda. Lo malo es cuando algunos imponderables impiden el acuerdo, total o parcial. No creo que al PP, o al Ejecutivo de CC y PSOE, les agrade ajustar, recortar o disminuir derechos adquiridos, ni centrar sus objetivos sobre aspectos esenciales del sector público, como la educación, la sanidad, los derechos sociales o las infraestructuras, por decisión propia o por imposición ajena. Pero es lo que hay. Porque son estos cuatro capítulos los que acaparan las mayores partidas inversoras, el 65% o 70% de los Presupuestos. Y sin otras posibilidades para reducir el déficit público y aplicar las recetas de Bruselas -aunque cabe esperar pasos que incentiven el crecimiento-, los gobernantes se las ven y se las desean para explicar a los ciudadanos que sólo la vía de los sacrificios y las apreturas nos puede llevar a tiempos mejores. Pero eso no se les puede decir a los empresarios del turismo y la hostelería, porque han pasado años fatales y los excelentes datos de 2011 son engañosos. Una subida no modulada, o compensada por otras vías, del IGIC impedirá crear empleo y crecer al sector turístico-hotelero, que este ejercicio verá caer los resultados empresariales de manera significativa. Como no puede decir Rajoy a Rivero que le resulta imposible cumplir las promesas que hizo a Canarias durante la sesión de investidura. Es verdad que existen dificultades objetivas, pero caben la transacción, el acuerdo, la mejor predisposición hacia las Islas y sus necesidades inversoras. No sé si al final la entrevista entre presidentes será difícil o de mero respeto institucional; pero preferiría que abriera una etapa de colaboración y entendimiento bilateral. Me parece importantísimo que el olvido de las provocadoras afrentas de todos conocidas dé paso al obligado comedimiento que agrada y hace honra porque es prudencia, respeto y buen juicio. Como pensaba el conde Keiserling, las reglas de la cortesía son muy simples: alabar lo bueno de los otros, suprimir los reproches, dar importancia a los demás y prestarles atención.