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Angustia > Jorge Bethencourt

Cada mañana una lluvia fina de estupidez, de confusión y furia desciende, como lenguas de fuego de un calor extremo, sobre las atribuladas cabezas de chorlito del censo bovino nacional. Abres el periódico y empiezas a leer:

“Las patronales canarias avisan que se perderán 60 puestos de trabajo diarios en lo que queda de calvario de año”. Bien. “Los hoteleros advierten de la caída del turismo que hasta el momento nos ha permitido disfrazar de normalidad el caos de nuestra economía”. Bien. “La unión de la banca pública acaba en naufragio. Bankia termina nacionalizada con el dinero de nuestros impuestos. A Banca Cívica se la va a terminar comiendo La Caixa”. Bien. “El PSOE acusa al PP de haber hundido las cajas. El PP acusa al PSOE de haber puesto a un incompetente en el Banco de España. Y la izquierda a la izquierda del PSOE, ante el hundimiento de la banca pública, pide que haya más banca pública”. Muy bien. “A un ciudadano en Valencia le condenan a tres años y medio de prisión por una estafa inmobiliaria”. Bien. “A los directivos de las cajas que han dejado agujeros de miles de millones de euros se les indemniza con millones de euros”. Bien. “Un representante del Parlamento europeo explica que van a debatirse próximamente medidas de estímulo al crecimiento, mientras de fondo algunos señores con corbata devoran varios canapés”. Bien. “El gobierno central sube los impuestos y reduce el dinero que transfiere a las autonomías. Las autonomías lo ponen a parir”. Bien. “Los gobiernos autonómicos suben los impuestos y reducen el dinero que transfieren a las corporaciones locales. Las corporaciones locales los ponen a parir”. Bien. “Las corporaciones locales suben los impuestos y tasas a los ciudadanos. Los ciudadanos las ponen a parir”. Bien. “Los ciudadanos que están ordeñados por los gobiernos centrales, autonómicos y locales, por los impuestos directos e indirectos, ya no tienen dinero que gastar. Sienten miedo y consumen menos. Las empresas venden menos y producen menos. Despiden a más trabajadores. Con más parados y más pobreza hay menos consumo y menos recaudación por impuestos y los gobiernos tienen que decidir entre reducir gastos o subir impuestos. Y vuelven a subir impuestos. Y comienza otra vez el círculo virtuoso de la pobreza”. Bien.

“Lo importante” -leo a Keynes- “no es que el gobierno haga cosas que los individuos ya están haciendo, las haga mejor o peor, sino que haga las cosas que ahora no está haciendo nadie”. Ya no leo más el periódico. Lo juro.

Twitter @JLBethencourt