Y entonces… ella dijo: “Esto no lo hago por nadie”, y él respondió: “Yo tampoco hago esto por nadie”…y ella añadió: “Yo, también te quiero”, y colgó su auricular. Con estas cálidas palabras, él y ella se estaban intercambiando tantas cosas que nunca se habían pronunciado, aunque estaban flotando en el ambiente, las palabras… ¿O flotaban también los dos? Minutos después, se encontrarían y comenzarían a conversar sobre la diversidad del mundo, de la crisis social y de todas las casualidades que envuelven su relación. Mientras, él contempla a aquella mujer, preguntándose tal vez cómo llegó ella a su vida, tratando de recordar su sensación con la primera sonrisa, y le dice: “Yo, también te quiero”, y ella le mira, ensoñada en todo lo que percibe en el sentir de él, y conoce una certeza interna: un hombre y una mujer, que viven entrelazados por el destino, con tanta magia cuando se respiran cerca, pueden cambiar el mundo.

Esta aseveración, creo que esta escrita en la piel de todos nosotros, en textos antiguos y en leyendas arquetípicas, en cuentos para niños y en el anhelo de miles de personas. No me refiero a príncipes azules, ni a hadas salvadoras, sino a una de las mayores fuerzas que mueven a todo el universo: el amor, en toda relación, y si hay un hombre y una mujer capaces de canalizar tantas emociones, tantas pasiones, tantas infinitas miradas, pensamientos sincrónicos y sentimientos de tal magnitud, entonces, que muevan a toda la Tierra, que balanceen el sentir del planeta, que nos arrastren las lágrimas del corazón y que nos conmuevan a todos cada vez que se encuentren.

Hay otros amores, de una gran enseñanza, y son aquellos que entregan sin esperar nada a cambio y en esto incluyo a las acciones solidarias.

Quiero recordar a nuestros queridos lectores, que ya avanzamos en este DIARIO, y les vuelvo a invitar con todo cariño, a la Campaña Solidaria de Recogida de Alimentos que organiza el CIT, Centro de Iniciativas y Turismo de Santa Cruz de Tenerife, y a través de su emisora de radio, mañana, a partir de las 12 del mediodía, en la calle La Noria, en la capital santacrucera, con un programa de radio en directo, entrevistando a todos los participantes, y representantes de diferentes instituciones colaboradoras. Si hablamos de amor a nuestra profesión, quiero felicitar sinceramente, y de todo corazón, a este periódico y a todos los medios de comunicación de Tenerife, a todas las radios, diferentes medios de prensa escrita y televisión y redes sociales de Canarias. Todos los periodistas hemos puesto nuestro granito de voz en esta campaña solidaria y son todos invitados a la radio solidaria durante la jornada del domingo. Y si nos referimos al amor a la vida, entonces mis felicitaciones recaen en toda la sociedad tinerfeña. Si tuviera que contabilizar toda la solidaridad del pueblo canario que he recibido organizando esta campaña, creo que no encontraría las palabras. Por ello, gracias Canarias. Y si cuento la “causalidad” más creíble y cierta sucedida, quizá resbalen alguna lágrima como yo hice… Recibidos algunos carteles anunciadores de este evento, por el concejal de Fiestas del Ayuntamiento de Santa Cruz, Fernando Ballesteros, y manifestándole mi voluntad en buscar un receptor de alimentos de la campaña en una institución infantil, poco después, el concejal se encontró casualmente en el tranvía con la responsable del comedor infantil de Ofra Padre Laraña, exhausta, porque los niños de este comedor tienen las neveras vacías. Entonces, el concejal abrió una ventana de esperanza para los niños, la jefa de este comedor me llamó inmediatamente, y yo le dije: “Sí, los niños son lo primero”. En definitiva, hay que querer y dejarse querer.

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