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Desfallecimiento > Alfonso González Jerez

El movimiento 15-M se desinfla. Y los principales responsables son, por supuestos, aquellos-que-se-niegan-a-ser-líderes y que no sé cómo llamar para no lastimarles la insobornable sensibilidad asamblearia y anarcoide. Este desfallecimiento en vivo y en directo puede describirse en cinco razones básicas:

a)En una sociedad tan compleja política, económica e informacionalmente como la que padecemos empecinarse en un modelo asambleario y una supuesta democracia directa para debatir, evaluar y decidir sobre los asuntos públicos está destinada a un fracaso entre melancólico y pintoresco. Una cosa es negarse en participar en la política institucional y otra renunciar explícita y testarudamente a otros niveles organizativos y deliberativos en la acción política. Me tuitearon algunas de las asambleas celebradas el pasado sábado la Puerta del Sol y se me antojaron ejercicios grimosos que repetían una y otra vez -pero sin la gracia de lo novedoso- el voluntarismo astroso, la queja ortopédica y los eslóganes sustituyendo chocarreramente a los conceptos. Una y otra y otra vez. Asombrosamente una de las expresiones más empleadas fue, como hace un año, revolución. Si algunas decenas de miles de jóvenes creen que concentrarse en una plaza y discutir durante horas rodeados por un océano de policías armados hasta los dientes es hacer la revolución que Lenin (o Bakunin) les conserve la vista.

b)El 15-M no será una pecaminosa organización política con crapulosos dirigentes y vomitivas reglas internas, pero es una marca. Una marca tan evidente como la cocacola. Y los gerentes de la marca están más obsesionados con la marca misma que por las razones -bien reales, bien dolorosas, bien sangrantes- por las que los ciudadanos salen a la calle a manifestarse -y de manera mucho más numerosa que cuando los grandes sindicatos tocan el pito y agitan las pancartas -. Tan celosos están de la marca, en definitiva, que la manifestación final debe ser en la Puerta del Sol, y solo en la Puerta del Sol, con gran felicidad por parte del Ministerio del Interior. Obsesión por el tratamiento de los grandes medios de comunicación, por la asepsia partidista y hasta ideológica, por parecer, en definitiva, que son el 15-M y solo el 15-M.

c)No han avanzado un ápice en el diseño de una agenda política congruente y viable. Un partido o un sindicato de inspiración clásica puede plantearse un amplio abanico de objetivos programáticos; un movimiento social, por su propia naturaleza, no: debe priorizar y, como coalición negativa que es, exigir dos o tres objetivos concretos.

d)Seis meses después de su gran debut la derecha gana con mayoría absoluta. Ninguna reflexión al respecto en la Puerta del Sol. No rompamos el sueño de una noche revolucionaria en vela.

e)El Gobierno derechista ha tomado nota. Y actúan consecuentemente. Y el 15-M no lo ha metabolizado.