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Doblegar a los mercados> Enrique Arias Vega

Un amigo mío confía en que el triunfo del francés François Hollande permita “doblegar a los mercados”, como si éstos fuesen unos tipos siniestros a los que habría que enchironar.

Muchos progres como él parecen ignorar que los mercados financieros existen porque hay quienes necesitan dinero y le piden el suyo a quienes han sabido ahorrarlo. Lo razonaba muy bien hace años otro socialista, Javier Solana, al explicar que los jubilados japoneses, por ejemplo, buscan la mayor rentabilidad de sus ahorros mediante unos gigantescos fondos que mueven los tipos de interés en un sentido u otro.

Claro que si el Gobierno español -y el griego y el italiano y todos los demás-no pidiese cada mañana dinero a los prestamistas ni habría mercados financieros ni la madre que los parió.

Por eso, ignorar a los mercados -y, pero aun, intentar “doblegarlos”- es un ejercicio tan inútil como oponerse a la ley de la gravedad.

Lo que Hollande y otros bienintencionados congéneres pretenden es seguir gastando como antes en una loca carrera que sólo conduce al fin del estado de bienestar. ¿O es que los griegos vivirían mejor de no haber logrado el rescate financiero internacional? ¿Acaso ellos y nosotros seguiríamos disfrutando indefinidamente de unos beneficios sociales que no podemos costear? ¿Y qué culpan tienen de nuestros dispendios los pobres pensionistas japoneses y los pequeños ahorradores de Singapur o de Badajoz?

Así que no hay otra que atarse los machos. Lo que sí se puede -y se debe- es pedir a Rajoy, Merkel y compañía que aten más corto a quienes más lo merecen y no al revés. Todo lo demás solo sirve para desviar la atención de nuestro irresponsable derroche colectivo.