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Echando alquitrán> Óscar Herrera

Estamos en el momento más importante de la temporada y posiblemente en el más decisivo de los últimos años para la entidad. Todos sabemos lo mucho que hay en juego y la necesidad real y urgente del ascenso.

Estos últimos días hemos escuchado un discurso realista por parte del presidente del club, Miguel Concepción. Ante la postura del Gobierno de Canarias de retirar la subvención a partir del año 2013 al C.D. Tenerife, Concepción ha intentado enviar un mensaje de tranquilidad y sosiego, siendo consciente de que tal recorte, necesario pero dañino para la elaboración de un presupuesto ambicioso, es fruto de la situación económica del Archipiélago y de la dura política de ajustes del Ejecutivo canario.

Ahora mismo se están haciendo grandes esfuerzos por parte del presidente y del resto de consejeros para pagar los atrasos a la plantilla y al personal laboral de la entidad, y eso hay que valorarlo y agradecerlo. No todo es negativo, no todo es censurable dentro de la gestión de un consejo de administración que tiene que lidiar con unas enormes dificultades para el día a día y el mes a mes. Podría decir que es un panorama este que se podía haber evitado con una mejor eficiencia en años anteriores, pero eso no es ningún secreto. Estamos ahora pagando la herencia de los errores de los últimos tres años y es es indiscutible. Pero no es menos cierto que se están intentando subsanar esos errores capitales con voluntad y disposición total para enmendarlos.

En este momento el ascenso es una calle que se asfalta para poder andar con paso firme en el futuro. En el trabajo de asfaltado están los técnicos y jugadores, que son los peones que deben hacer camino para finalizar la obra con éxito. Ese éxito tiene fecha final: el 24 de Junio tiene que estar entregada la obra y debe hacerse bien, perfecta, sin baches y sin socavones. Si todo sale según lo previsto el proyecto debería conducir al Tenerife a la categoría profesional del fútbol donde los obstáculos serán menores y los ingresos mayores.

Es por ello que los peones que están ahora con atrasos en sus cobros, tienen que ser absolutamente profesionales en el ejercicio de su labor. No es fácil aislarse de inconvenientes de índole pecuniaria pero hay que hacerlo. El ascenso es parte de la solución y dejando sentimientos a un lado, el ascenso es ahora mismo la vía de salida para aliviar la economía de un club que está pasando hambre y que necesita crecer en lo deportivo para no menguar en el resto de la actividad.

Así son las cosas, y así las tiene que afrontar la plantilla. Para eso se les trajo, y ahora que estamos tan cerca sería imperdonable que no lo tuvieran claro. Confío en que sí.