PUERTO Y PUERTA > Rafael Zurita Molina

El amarre del cable > Rafael Zurita Molina

En este mismo espacio, el pasado 22 de abril decía que estaba previsto que la VIII Asamblea de la Asociación de Amigos del Telégrafo de España se celebrase en Tenerife durante los días 7 y 13 de este mes. Y ya estamos en la fecha señalada para su fin; la que marcaba el regreso de los amigos telegrafistas procedentes de la Península. Cabiendo aplicar el tópico de que el tiempo corre muy aprisa, ahora es el momento de decir algo, con la sabida obligada concisión, sobre los diferentes actos programados en torno a esta estatutaria octava reunión periódica.

En principio, que los diferentes actos fueron alentados por telegrafistas tinerfeños que se agregaron a la Asamblea, poniendo de manifiesto la dimensión histórica del telégrafo, que contribuyó al desarrollo de las Islas. Se halló el necesario apoyo institucional de las autoridades solicitadas, propiciando circunstanciar la efeméride que marca el amarre del cable: “Se cumplen 129 años del cable telegráfico Cádiz-Tenerife.

No pudo haber mejor estreno para abrir las sucesivas jornadas como los celebrados en esta capital; primero fue el que se verificó en el exterior del edificio del Centro de Comunicaciones en la plaza de España, en el que se ofreció una corona de flores en memoria de todos telegrafistas fallecidos. Y, posteriormente, en el salón de plenos del Ayuntamiento tuvo lugar una sesión conmemorativa donde las palabras homenajearon a los primeros telegrafistas tinerfeños, especialmente al que lo fue de honor, don Patricio Estévanez y Murphy. Por último, decir que el alcalde de la ciudad, José Manuel Bermúdez Esparza, que presidió el acto, recibió del presidente de la Asociación, Sebastián Olivé Roig, la insignia de Telégrafos.

La mañana del miércoles se reservó para visitar la ciudad de La Laguna, Patrimonio de la Humanidad. Y bien que se mostró en el recorrido por su casco histórico, con visitas al Santuario del Cristo, Ayuntamiento, Instituto de Canarias, Museo de Antropología e Historia de Tenerife… Y después, al mediodía, partida y parada en la Casa del Vino La Baranda, en El Sauzal, participando en una degustación de los caldos insulares, completada con queso y miel de nuestra tierra. Ahí estaba el presidente del Cabildo, Ricardo Melchior Navarro, que, tras recibir la insignia corporativa, tuvo emotivas palabras relacionadas con el telégrafo -subrayaba que con mayúscula- y con ilustres telegrafistas.

Tengo que abreviar. El jueves 10, en el hotel Luabay, de Puerto de la Cruz, tras celebrarse la Asamblea, se verificó una numerosa comida de hermandad, en la que se avivaron los recuerdos. Otro día, para visitar el Parque Nacional del Teide; y otro, a Icod de los Vinos y Garachico. Y en Los Silos, para rememorar la antigua caseta del cable que unía la fraternal isla de La Palma.
En coherencia con esta página, el próximo domingo, D. m., lo dedicaré a los buques cableros Dacia e Internacional. Mientras, feliz regreso.