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El mejor regalo para mamá conciliación

INMA MARTOS | Santa Cruz de Tenerife

Una mamá no es solo mamá. Es una mujer, una trabajadora, una pareja, una amante, una hija, una nieta, una hermana, una amiga…, aunque la gran labor de su vida sean sus hijos. No podemos regalar a nuestras madres más horas del día, ni más días en la semana, pero sí podemos encontrarles el apoyo necesario para que puedan realizarse en todas las facetas de su vida sin que sucumban en el intento. Mañana es el Día de la Madre y yo hablo hoy de conciliación, de libertad para decidir, de herramientas para criar y educar, de reparto de tareas en la pareja, de subvenciones a las familias cualquiera que sea su composición. Queda demasiado por hacer, y no se deben dar pasos atrás.

El Día de la Madre tendría que servir para algo más que para fomentar la venta de flores o hacer manualidades en las guarderías y escuelas: un reto cada año y un objetivo cumplido. María vive literalmente corriendo y en constante preocupación.

No sabe qué hará con los niños en julio y en agosto. Sus jefes han escuchado demasiadas veces frases como “mi niño está malo y no tengo a quien dejárselo” o “hacen puente en el colegio de mi hija”. El temor a perder el empleo se mezcla con la culpa de no dedicar más tiempo a sus pequeños. Además, el salario de María, como el de la mayoría de las mujeres en este país es bastante inferior al de sus compañeros de trabajo varones, por lo que le es difícil costear a una canguro. El caso de María no es único, por supuesto, en España hay miles de mujeres en su situación. A algunas se les suman otras circunstancias más desalentadoras incluso: parejas en el paro, falta de corresponsabilidad marital o falta de sostén familiar. No todas las madres tienen la suerte de contar con los tan preciados abuelos entregados. Gracias a los abuelos, en los que se está apoyando el Estado mientras la Ley de Conciliación Laboral agoniza.

Mientras que en otros países de Europa la conciliación es una prioridad desde hace muchos años. En España las madres observamos anonadadas que los esfuerzos de la clase política son minúsculos en este aspecto. Las políticas de conciliación están compuestas por tres tipos de medidas: los permisos parentales, los servicios públicos y las asignaciones monetarias para el cuidado de las personas dependientes. En España hay una mínima baja por maternidad de 16 semanas, mientras que en algunos otros países miembros llega hasta los 18 meses. Las asignaciones monetarias, una vez suprimido el denominado cheque bebé, se reducen a la deducción tributaria de cien euros al mes por hijo y el cobro del salario íntegro durante los meses de baja maternal. En cuanto a los servicios públicos: las plazas en los centros infantiles públicos no cubren la demanda, y las subvenciones a los privados brillan por su ausencia. Tanto es así que en los últimos tiempos de crisis económica se han disminuido las matrículas de niños en las guarderías a costa generalmente de los abuelos.

El objetivo de la Ley 39/1999, de 5 de noviembre de Conciliación Familiar debería ser crear un ambiente social en el que no entraran en conflicto la familia y el trabajo así como de fomentar la igualdad entre hombres y mujeres en el ámbito laboral y en el doméstico. Las empresas juegan un papel fundamental en el desarrollo y la consecución de estos objetivos y es el Gobierno quien ha de estructurar más normas y sobre todo, procurar su cumplimiento sin contemplaciones.