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El primer congreso > Francisco Pomares

Si alguien esperaba algo de movimiento, pues se quedó con las ganas. Aquí lo único que se movió fue la maleta de los ministros que vinieron a arropar el cierre: José Manuel Soria ha resuelto el congreso regional del PP con un paseíllo militar en el que lo único de interés es descubrir quiénes han sido los del tres por ciento que escaparon al refrendo a la búlgara. Pienso yo que Soria debería agradecerles la oposición (moderada oposición) con un carguito o algo, por eso de haberle ayudado en la cosa de la estética. Porque este PP de ahora no es como el PSOE de Alfonso Guerra, en el que quien se movía no salía en la foto. Aquí en el PP al que se mueve si manda algo se le asciende y se le retira a una esquina entre aplausos fervorosos agradeciendo los servicios prestados. Es como en el antiguo politburó de la URSS, sólo que luego, en vez de venir Beria a cortarte el lote, aquí te mandan una foto dedicada de don Mariano agradeciéndote los servicios prestados. Eso es probablemente lo que le va a ocurrir a Cristina Tavío después de tantos años de servir a la causa, incluso posando en biquini preelectoral. Y es que la han convertida ahora por decisión soriana en primus inter pares de un grupo de féminas de las que ella es la única que no se persigna todas las mañanas delante de la foto del líder carismático.

Mucho me temo que con la sublimación percuriente de la Tavío, a la que se puede añadir el recambio de Manuel Fernández (ejerce de herreño, pero es tinerfeño residente), Soria ha iniciado la reconquista de su partido en Tenerife. Para los que no tengan memoria de estas sutilezas, convendría recordar que el ministro apostó por Ángel Llanos contra Tavío hace unos años, y ahora por Alarcó (o al menos eso dice Alarcó), y siempre ha dejado perfectamente claro que quería controlar el comité local de Tenerife como controla el resto. Y digo yo que ahora está a un paso de lograrlo, aunque doña Cristina ya ha dado alguna sorpresa antes. Tiene doña Cristina cierta habilidad para resistir situaciones de sitio. No sería la primera vez que escapara con vida. En fin, que tenga suerte.

Por cierto, que no se me olvide: la elección de Asier Antona ha sido muy aplaudida, por propios y extraños, por eso de la juventud y el talante y la renovación que implica. Pero digo yo que habrá que ver cómo se porta don Asier. En el partido ya tienen a una delegada del Gobierno, que es la señora Hernández Bento: en el Congreso la nombraron pareja de baile de Tavío, en una decisión harto curiosa que mete la administración periférica del Estado en la secretaría de organización del PP. Antona tendrá ahora que optar por más de lo mismo -convertirse en factor local de su señorito-, o ponerse a mandar vicariamente en el partido. Es casi lo mismo, pero en la gradación hay una carrera en juego: la suya.