burro de belfast >

El Tenerife ‘eurovisivo’, por Karl McLaughlin

En una manifestación general de lamentable conformismo, la actuación de Pastora Soler el sábado en el Festival de Eurovisión fue calificada en los medios nacionales de “extraordinaria”, “derroche de talento” y hasta “éxito sin paliativos”. Incluso, por la propia Pastora, de “logro total”. Da igual que quedara décima, superada incluso por unas abuelitas rusas. Nadie parecía darse cuenta de que, por muy melódica que fuera, la canción pintaba muy poco en el concurso. España no ha sabido adaptarse a una competición cuyos gustos y exigencias han cambiado mucho últimamente.

Algo parecido le ha ocurrido al Tenerife en los últimos tres años. No se adaptó a Primera, tampoco a Segunda, y durante gran parte de la temporada actual ha dado la sensación de no haber aprendido la lección. Su conformismo se ha reflejado en manifestaciones del tipo “por lo menos seguimos en posición de play off”, después de actuaciones más que pobres. Conviene recordar que llegar a los play off y eliminar en primera ronda a un rival de poca entidad como el Badalona era lo mínimo exigible a un equipo construido a golpe de talonario -y apuntalado, al estilo Bankia, con más dinero cuando se hundía en invierno-, para garantizar el regreso a 2ª A por la ruta más directa, que terminó cogiendo el Castilla.

No obstante, la actuación de ayer, magnífica por momentos (todo hay que decirlo), ha encendido de nuevo las esperanzas de un colofón feliz a la temporada. Sólo había que ver la ola que recorrió el Heliodoro para comprobar el regreso de la ilusión y la comunión con una afición que no merece tener una dieta semanal de equipos como el Conquense o el Coruxo. La segunda oportunidad a la que se refería Raúl Llorente después del casi desastre en Badalona no se ha dejado pasar y ahora quedan otras dos eliminatorias por superar para cantar el anhelado ascenso.

Crucemos los dedos para que el sorteo de hoy depare un emparejamiento asequible para el Tenerife, a ser posible un rival que no tenga un campo pequeño e incómodo como el Badalona. Y, de paso, que los pesos pesados que quedan en el bombo se enfrenten entre sí. Si no, mucho me temo que vamos a tener otra ocasión de oír la canción eurovisiva Quédate conmigo, esta vez interpretada por una cantante llamada 2ª B, con el recién ascendido CD Marino actuando como coro.