SANTIAGO TOSTE | Santa Cruz de Tenerife
Marta y Elena. Bibiana Fernández y Loles León. El Teatro Guimerá de Santa Cruz de Tenerife ofrece desde este viernes y hasta el domingo La gran depresión, una obra de Dunia Ayaso y Félix Sabroso definida como “una comedia de mujeres, sobre la búsqueda de la felicidad, el amor, el fracaso, la soledad, los hombres, la madurez, los autoengaños, la autosuperación y el abandono”. Lo que no es poco. Con Bibiana Fernández conversó DIARIO DE AVISOS.
-¿Cómo ha sido este encuentro sobre las tablas de un teatro con su amiga Loles León?
“Loles y yo somos amigas desde hace 30 años, pero en esta obra redescubro la química que tenemos. Nuestro antagonismo, en lo físico y en el carácter, es lo que da la simbiosis. Y esas pequeñas cosas crean la empatía con el público, que de algún modo se ve reflejado en nosotras”.
–La gran depresión aborda desde el humor cuestiones que nos preocupan a todos. ¿Qué puertas abre la comedia a esas cuestiones?
“La vida está llena de comedia y tragedia. Yo no soy un río, puedo cambiar de opinión, a veces acierto y otras me equivoco. Y eso es bueno, porque la gente que nunca se equivoca me da mucho miedo. Por otro lado, cuando llegas a cierta edad entras en etapas nuevas, donde los códigos que has empleado empiezan a no ser válidos. Pues bien, la obra habla justo de esos vértigos que te entran, parecidos a los de la adolescencia. Todas esas cuestiones, exagerándolas, dan como resultado a dos personajes que no dejan de ser dos pobres diablos, dos mujeres asustadas que intentan aferrarse a lo que en otro tiempo les funcionó”.
-¿Cuál ha sido la mayor complejidad para interpretar a Marta?
“Tenemos el privilegio de contar con dos autores, Félix Sabroso y Dunia Ayaso, que nos conocen mucho. Así que lo que hicieron fue otorgarle a los personajes rasgos de nuestra personalidad, por lo que no nos resulta extraño interpretarlos. No es necesario que hayas vivido cada situación, cada problema que se expone en la comedia, para recrearlo. El texto teatral funciona muy bien como partitura, pero después está el público, que poco a poco va añadiendo y enriqueciendo el montaje”.
-Dunia Ayaso y Félix Sabroso son muy conocidos por su carrera cinematográfica. ¿Qué destacaría de su faceta como dramaturgos?
“Cuando escribes bien, escribes bien para cualquier ámbito. Sólo tienes que adaptarte. Y ellos son muy buenos escritores, con una trayectoria cinematográfica que empezó siendo más frívola y ha ido cogiendo seriedad. De modo que trabajar con ellos ha sido un lujo, porque además se complementan y consiguen sacar lo mejor de los actores”.
-Uno de los elementos de este montaje es que busca continuamente la complicidad del auditorio. ¿Cómo está siendo la respuesta de la gente?
“Allá donde vamos, es maravillosa. El público nos hace un grandísimo favor: nos aporta felicidad. En un momento en el que las cosas están tan mal, llegar a un sitio y ver que la gente lo pasa bien contigo es impagable. Ayudar a hacerles la vida más agradable es una satisfacción”.
-¿Ha cambiado mucho La gran depresión desde su estreno?
“Más que cambiar, se alimenta de ese trato con el público que decía. Es como viajar, porque cada público tiene un comportamiento, una reacción de la que se va alimentando el montaje”.