control stop >

Entre pitos y flautas, por Álvaro Díaz

La polémica sobre el comportamiento de los espectadores presentes en el Vicente Calderón con motivo de la final de la Copa del Rey entre el FC Barcelona y el Athletic de Bilbao trascendió el ámbito político desde que la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, comentó que el partido debería suspenderse si se pitaba el himno español. Dicho y hecho. Una sonora pitada se escuchó en el estadio cuando se interpretó el himno español. A pesar de que el himno, al mismo puro estilo de la película Evasión o Victoria, sólo sonó durante 21 segundos y se emitió a un alto volumen por los altavoces, la pitada de una buena parte de los más de 50.000 espectadores se pudo escuchar claramente. Es coherente estar en desacuerdo con la pitada, pero también con la forma en que algunos políticos se toman el deporte, usándolo primero como arma y luego como moneda de cambio cuando les hace falta para sus intereses y confrontaciones. Entre pitos y flautas resultó cómico que la policía requisara silbatos a los aficionados, mientras que los que habían calentado el partido se quedaban en casita. ¡No es justo!