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Expertos aseguran que el periodismo deportivo enriquece la lengua

EFE | Madrid

El periodismo deportivo no empobrece la lengua, ni los periodistas de esta especialidad desatienden el idioma, según se desprende de las conclusiones del Seminario que sobre lenguaje y periodismo deportivo reunió en San Millán de la Cogolla a expertos, convocados por la Fundéu BBVA.

En las conclusiones del seminario que durante los días 10 y 11 de mayo reunió a lingüistas y periodistas especializados en materia deportiva y que han sido dadas a conocer hoy, se destaca también la necesidad de olvidarse del tópico de que los periodistas deportivos no prestan atención al idioma.

“El periodismo deportivo -añaden- muestra su preocupación por el buen uso del idioma, con la exaltación de la relación entre cultura y deporte y también mediante cuestiones de orientación, reflexión y formación especializada”.

En las citadas conclusiones se indica que los peligros del periodismo deportivo son muy parecidos a los del general, como la rutina, el abuso de términos comodines y frases hechas, expresiones vacías, estereotipos o extranjerismos.

Pero en el caso del deportivo “con el agravante de moverse en un territorio de emociones, subjetividad máxima, exaltación y grandilocuencia en el que proliferan las hipérboles, las metáforas forzadas, el amarillismo y la parcialidad”.

Otro problema del periodismo deportivo detectado por los expertos en San Millán fue el sexismo informativo, más que lingüístico, como demuestra el hecho de que por cada 24 horas dedicadas a deportes, solo 44 minutos se dedican al femenino, “y su tratamiento, a menudo muy distorsionado, contribuye a asentar prejuicios y estereotipos”.

También y en contra de lo que se afirma con frecuencia, los lingüistas y periodistas que participaron en el seminario coincidieron en señalar que el lenguaje deportivo es muy creativo, con aportaciones al lenguaje común (victoria pírrica por muy ajustada o hacer aguas por hacer agua).

Asimismo hace aportaciones a la gramática (usos transitivos específicos del lenguaje del fútbol de verbos como bailar, empatar o circular) o léxicas (semifallo, autogol, trivote, jugón, tiquitaca).

Se trata de un ámbito que genera más neologismos que otros y los incorpora al imaginario colectivo, entre ellos expresiones como resultado gafas, cerocerismo; cruces léxicos, como villarato, batigol y juegos con las siglas: ¡Qué NBArbaridad.

Por todo ello, según los expertos puede “considerarse como punta de lanza de innovaciones lingüísticas”.

Uno de los problemas que señalan los expertos son los extranjerismos. Por lo general, cuando un deporte se populariza, el lenguaje reacciona y empieza a traducir sin esfuerzo, pero, como ocurre en otros ámbitos, entre los especialistas suele haber reticencia a usar los términos en español.

Los expertos indican que es importante en esta cuestión buscar el equilibrio entre lo que es difícil de adaptar al español “y lo que hemos sido capaces de transformar, y de reflexionar sobre ello día a día, noticia a noticia, porque los usos cambian”.

Señalan, por último, que aunque el ámbito deportivo ha dejado de ser una isla idiomática con poco contacto con la lengua común gracias a la popularización que han llevado a cabo los medios, el lenguaje del deporte es tan rico y diverso que resulta inabarcable para el periodismo.