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Hidromasaje > Perplejita Me Hallo

No, si ahora no van a faltar demagogos que salten con el argumento fácil de que para qué necesita un consejero una cabina de hidromasaje en su despacho. Como decía Borja Pérez, pero qué fácil es criticar. Si esa cabina estaba ahí, es porque era absolutamente imprescindible para la consolidación y el desarrollo de la democracia en las Islas.

Imagine que tiene una dura negociación por delante, una de esas reuniones larguísimas donde se discuten temas la mar de importantes. ¿En serio cree que podría llevarlas a buen término oliendo a chotuno y tenso como la cuerda de una guitarra? ¿A que ahora el hidromasaje no le parece tanto capricho? La gracia es que, según las informaciones que han circulado estos días (acérquelas usted a la verdad cuanto considere oportuno), la instalación de la cabina fue avalada por la Dirección General de Patrimonio sin que la pidiera el consejero que iba a ocupar el despacho. ¿Entonces esto de qué va? ¿Era para darle una sorpresa? ¿No podían recibirlo con unos rosquetes?

Como al final todo se simplifica, lo que va a permanecer es que un consejero (y por extensión todos) tenía un hidromasaje carísimo en su despacho.

Alguien (esté o no en el actual gobierno, porque esa es otra, si ya se dan pocas explicaciones mientras se está en el cargo, una vez fuera ni te cuento) debería contarnos a todos por qué y para qué se gastó ese dinero en esa frivolidad.

Y a ser posible sin usar la expresión el chocolate del loro, porque el loro tiene ya el colesterol por las nubes.