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La liga regular del Tenerife, por Karl McLaughlin

Me cuesta encontrar ánimos para escribir la columna esta vez, pero el Tenerife que cayó derrotado ante el Alcalá en otro pésimo partido sólo tiene parte de la culpa. El resto la tiene una desgracia ocurrida al entrar por la puerta 28 del Heliodoro. En el tiempo que tardé en subir las escaleras hasta el palco, dos goles marcados por el Manchester City en el tiempo de descuento contra el QPR privaron a mi querido Manchester United del título liguero. Increíble pero cierto: se decidió la Premier por diferencia de goles en el último segundo de la última jornada de la liga. En el Heliodoro también tuvimos última jornada liguera. Desde el propio club se habían escuchado insistentes declaraciones durante la semana sobre la importancia del partido de ayer, para terminar bien la llamada liga regular. El adjetivo regular viene como anillo al dedo al equipo esta temporada. Según el diccionario, significa -hablando de la calidad de algo- “ni bien ni mal; pasable”. Otra acepción, según la RAE, sería “de tamaño o condición media o inferior a ella”. Ahora que ha finalizado la liga regular, espero sinceramente que hayamos visto también el fin del “Tenerife regular” que ha deambulado por Segunda B esta temporada. Ayer, salvo una única jugada espectacular en el minuto 65, todo fue bastante inferior a la media. Gracias a los resultados inesperados que se dieron ayer, el Tenerife ha finalizado la liga en segunda posición (en eso se parece a mi Manchester) y teóricamente tendrá un emparejamiento más asequible en la primera eliminatoria de play off. Este “privilegio” inmerecido dice mucho del nivel del Grupo I de 2ª B. Por el bien del Tenerife, espero que el nivel de los demás grupos sea parecido, porque, de no ser así, el equipo puede llevarse un disgusto muy serio en las próximas semanas. Por cierto, la presencia de Félix Hernández en el palco del DIARIO DE AVISOS me hizo recordar que Jakim Donaldson, el MVP de la LEB (es decir, la 2ª División del baloncesto nacional), cobra sólo un pelín más por toda una temporada espectacular en el “doble campeón” Iberostar Canarias que un jugador que chupa banquillo desde hace algún tiempo en el Tenerife de 2ª B, (o sea, el 3º nivel del fútbol nacional) … por media temporada. Las comparaciones son odiosas, lo sé, pero esto no quiere decir que no se puedan establecer, si vienen a cuento.