sin objetividad >

Las cosas se dicen a la cara, por José Antonio Felipe

Mis compañeros de Deportes del DIARIO DE AVISOS tienen la fea costumbre de ser sinceros y respetuosos con las personas. Me han malacostumbrado mucho porque estas seis mesas que ocupamos cada día no dejan de ser un microcosmos singular y casi sin par en el mundo que nos rodea. Crees que todos son así, que siendo así nos iría mejor en todos los aspectos, pero resulta que no lo es. Me choca ver cómo Cabildo, Tenerife Baloncesto y CB Canarias no se dicen las cosas a la cara y utilizan a la prensa como interlocutora poco válida. Si Fran Padrón dice algo en un periódico, Félix Hernández contesta en rueda de prensa. Si el Cabildo dice no tener justificación de algunos pagos, la entidad blanquiazul aparece por otro lado afirmando que esta existe. En medio, a conseguir que el Canarias sea equipo de la Liga Endesa el año próximo. La demagogia barata que habla de que el dinero de hospitales y colegios irá a parar al canon canarista me resulta tan desagradable como ver que las tres partes (Cabildo, Canarias y Tenerife), han tenido algo de culpa en que ahora haya que volver a buscar mucho dinero para que una entidad deportiva pueda jugar a baloncesto en la mejor liga de Europa. Sus diferencias, sus riñas y sus desatinos deberán ahora ser arreglados porque nadie dejó de pedir el quítame allá esa bandera o siguió hablando de colores olvidando lo verdaderamente importante: lograr la viabilidad económica para un proyecto económicamente mastodóntico en estos tiempos que corren.

Es necesario mirar al frente, pensar en futuro, ser optimistas, pero sería irresponsable que no nos viniera a la cabeza que por culpa de unos pocos se puede perjudicar a muchos. La iniciativa presentada en el día de ayer es buena, muy buena, porque simplemente se trata de dar la oportunidad a la sociedad de demostrar que vale la pena destinar parte del dinero público en actividades deportivas. Demostrar que, independientemente de sanidad y educación, algo en lo que estamos de acuerdo, otras cosas pueden ser convenientes. Pero siempre nos quedará la sensación de que no se han dicho las cosas a la cara.