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Lola Herrera: “Ser actriz es pasión, locura, alimento y forma de vida”

Lola Herrera llega este viernes al Teatro Guimerá con Querida Matilde. / EFE

SANTIAGO TOSTE |Santa Cruz de Tenerife

Que la comedia es un asunto muy serio y que nunca acabaremos de conocer la biografía sentimental de quien se sienta a nuestra mesa, son dos de las cuestiones que nos presenta Querida Matilde, la obra teatral con la que Lola Herrera, junto a Daniel Freire y Ana Labordeta, llega a las Islas (Teatro Guimerá, 4 y 5 de mayo; Teatro Circo de Marte, Santa Cruz de la Palma, día 11, y Auditorio Infanta Leonor de Arona, 12 de mayo). Con la actriz vallisoletana mantuvo una charla DIARIO DE AVISOS.

-Querida Matilde es una obra que va desvelando aspectos de la vida de una mujer que hasta su hija desconocía. Y además, lo hace en clave de comedia. ¿De qué manera el humor es un buen instrumento para tocar asuntos que a menudo queremos dejar de lado?

“El humor, sin duda, es un gran vehículo. Darle la vuelta a las cosas con una sonrisa es una manera de poder contarlas mejor y , en la medida de lo posible, de despojarlas de dramatismo. A mí, el humor, siempre me ha interesado mucho”.

-¿Se ha superado de forma definitiva ese prejuicio hacia la comedia que la suele asociar a lo banal?

“Es cierto que existe una perspectiva que no se va a desdibujar nunca: para muchísima gente el humor es frivolidad. Pero yo creo que la cosa es más compleja: que con el humor se puede tratar lo más banal, pero también lo más serio. Todo depende de cómo lo usemos, de qué modo lo dosifiquemos. Lo que ocurre es que las etiquetas se ponen donde a cada uno le conviene, y estamos en un mundo lleno de etiquetas muy difíciles de quitar”.

-Lleva toda una vida dedicada al teatro. Teniendo en cuenta esa bagaje, ¿qué ha aprendido Lola Herrera en esta nueva ocasión que se ha subido a un escenario?

“Siempre aprendo de cada personaje, porque muestran un lado de la vida que en muchas ocasiones no había experimentado. Eso te obliga a bucear en cada papel y a vivir lo que te ofrece. En este caso, me gusta mucho Matilde porque es alguien que vivió su juventud en plena dictadura, donde las cosas no eran sencillas para nadie y todo estaba prohibido. Pese a eso, intentó, y consiguió, defender un amor, luchar por la forma de vivir que quería. Eso es una heroicidad y en nuestra vida nos cruzamos con un montón de pequeñas heroínas desconocidas. Aunque todo eso no lo aprendí de Matilde, ya lo conocía, es hermoso acercarte a alguien que ha luchado contra viento y marea por lo que quería”.

-¿Dónde halla la ilusión, los alicientes, para seguir avanzando en su profesión?

“Justo en ejercer cada día una profesión que elegí vocacionalmente; que más que profesión es pasión, locura, alimento, forma de vida… La inercia del trabajo es lo que te llena de ilusión. A veces es cansado, pero los alicientes pesan más, porque partes de cero. Aunque hayas acumulado conocimientos y experiencias, cada vez empiezas de nuevo, y subirte a un escenario y contar historias es la recompensa. Seguir haciéndolo, pese a los años, pese a estos tiempos y a sus dificultades, es la gran suerte de mi vid

-¿Cuál fue la mayor dificultad para meterse en la piel de Matilde?

“Los ensayos me pillaron con una neumonía, una neumonía soterrada, que no daba la cara y que hacía que me sintiera muy mal en todos los sentidos. Ésa ha sido la gran dificultad. Estuve cinco meses sufriendo y tuve que batallar mucho para salir adelante, porque decidí no quedarme en casa, elegí luchar”.

-¿Y qué fue lo que más le atrajo de esta propuesta para decidirse a participar en ella pese a todo y embarcarse incluso en una gira?

“La historia en sí, un relato diferente lleno de emociones, que nos descubre a tres personajes muy hermosos. Además, que yo recuerde, nunca había interpretado a una manipuladora y, además de eso, Matilde es alguien que transmite vitalidad”.

-¿Cambia mucho un montaje de este tipo desde el día de su estreno hasta la función más reciente?

“Sin duda. La función se va recolocando, crece… Y luego, con las representaciones en las diversas ciudades y con públicos diferentes, toma cuerpo. Es algo muy sutil, de pequeños cambios, pero muy fuerte. Aunque no te salgas de la historia, llega el día en que puedes mover ficha para un lado o para otro y jugar. Y de lo que se trata en esta profesión es de jugar a un juego en el que también participa el público”.