DOMINGO NEGRÍN MORENO | Santa Cruz de Tenerife
Unas 5.000 personas se manifestaron este miércoles en Santa Cruz de Tenerife dentro de los actos sindicales unitarios convocados en todas las capitales canarias “contra los recortes de derechos y en defensa de los servicios públicos”. En la marcha, que partió a las 19.30 de Weyler y desembocó una hora después en la plaza de la Candelaria, también se escucharon consignas y se exhibieron lemas contra la reforma laboral, que el Congreso de los Diputados aprueba el jueves.
Todos los sectores de la Administración autonómica hicieron sentir su malestar por unas medidas de ajuste del déficit que incluyen un recorte salarial del 5% anual a los alrededor de 62.000 empleados públicos de este ámbito.
Aunque los ánimos están caldeados, la protesta transcurrió en un ambiente de rabia contenida, sin excesos verbales ni salidas del protocolo establecido por las diez centrales participantes: CC.OO., UGT, Intersindical, Sepca, CSI.F, Co.bas, CSC, Ocesp, SIC y SOC. Finalmente, USO se quedó fuera por problemas de organización.
Durante el recorrido, se sucedieron momentos de distensión. Antes de arrancar la movilización, un camión de bomberos se abrió paso entre los manifestantes. Esa anécdota fue tomada como una metáfora. “Por lo menos nos avisan con la sirena”, comentó alguien en tono jocoso. “El Gobierno [canario] nos atropella sin más”, remachó.
En esos momentos previos, el presidente del sector autonómico de CSI.F en Canarias, Javier Galván, se despachó a disgusto contra el Ejecutivo regional. “Estos gobernantes son una pandilla de ineptos y, por lo tanto, deberían dimitir en pleno”. A su juicio, están “incapacitados” para llevar esto adelante.
Al término de la manifestación, el secretario general de CC.OO. en Canarias, Juan Jesús Arteaga, admitió que esta rebelión “difícilmente” va a cambiar el rumbo de los recortes, pero los trabajadores confían en que al menos no vayan a peor. “Estamos claramente en un proceso de movilización sostenida con la esperanza de que, tarde o temprano, algunos entiendan que una presencia continua en la calle significa algo”, declaró Arteaga. “El prestigio de la democracia y de los políticos se verá seriamente dañado si los que mandan no tienen en cuenta la voz de los ciudadanos”, alertó.
“Lo público es garantía”. Este mensaje encabeza el manifiesto conjunto. “Los empleados públicos somos los garantes de los derechos de los ciudadanos”, prosigue el texto. “Sobre nosotros, sobre nuestra profesionalidad y nuestro trabajo recaen el Estado del bienestar, la justicia social, los derechos y avances democráticos y los servicios que recibe la población”, subrayan los signatarios del documento.
La presión no se acaba aquí. Mañana volverán a reunirse los sindicatos para actualizar el calendario de actividades, a expensas de una huelga previsiblemente parcial (por horas) e indefinida a partir de la segunda quincena de junio.
Ayer mismo, los sindicatos representativos de los empleados públicos dejaron plantado al Gobierno. La Administración los había citado para informarles del anteproyecto de ley de medidas administrativas y tributarias, que ya ha sido enviado al Consejo Consultivo.
En el marco de la vigilia programada en toda España por CC.OO. y UGT con motivo de la reforma laboral, entre las diez y la medianoche hubo una concentración silenciosa ante la sede de la Subdelegación.