opinión >

Mala imagen, por Luis de la Cruz

No es cierto que la lucha canaria sea un deporte noble. Existe mucho rencor y aquí todo el mundo te espera en la bajadita. Da igual que eso deteriore la imagen de la lucha canaria y que ponga freno a las empresas y a las instituciones que invierten mucha pasta en este deporte. También los mandatarios están cansando a los aficionados, a los que no les gusta que se les falte el respeto. Tanto a los que se dieron cita en Tegueste, donde nunca se celebró encuentro alguno, como tampoco a aquellos que, haciendo caso a una federación, la de Tenerife, se confiaron en unas normas de competición que ahora es posible que tengan lagunas y no sirvan para nada. Este tipo de pulsos; estas peleas cobardes no sirven, y tampoco es bueno que le hagan burla a las instituciones. Con toda la buena voluntad del mundo, María del Cristo Pérez, consejera de Deportes en el Cabildo de Tenerife, se sentó en la misma mesa con Germán Rodríguez, presidente de la Federación de Lucha Canaria, y José Luis Martín. Hablaron de lo divino y lo humano para resolver el asunto. Al final, la Federación de Tenerife reconoció su posible error, fijando las fechas de los encuentros de desempate: para el 20 de junio; eso es lo mismo que hacerle una regañiza a la Federación de Lucha Canaria porque con esa fecha tampoco salían las dos ligas, por la premura de tiempo existente. En todo este contencioso hay una guerra abierta entre las federaciones. La unidad está rota y cada uno tira para su sitio y entiende que le asiste la razón. Dentro de la lucha parece que nadie sabe resolver sus problemas y ahora debe ser la Dirección General de Deportes y el Comité Canario de Disciplina Deportiva los que tengan que poner orden ante este tremendo disparate. Alcaldes como Fernando Clavijo o Berto Reverón, igual que en su día lo hizo María del Cristo Pérez, han tratado de ayudar pero su esfuerzo, por el momento, no ha servido para nada porque todo está igual. Lo único que están consiguiendo es empañar la imagen de este deporte, que ante tanto problema es mala. Ahora solo queda hablar y de verdad, donde cada una de las partes debe ceder y arreglar este desaguisado para siempre.