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Momentos, un vino blanco singular con personalidad

Bodegas Ferrera presentó su última creación, Momentos, un vino blanco de la Denominación de Origen del Valle de Güímar. | DA

CRISTINA HERNÁNDEZ | Santa Cruz

Ya había recibido premios pero todavía no había sido presentado en sociedad. Y fue este miércoles cuando Juan Rubén Ferrera, copropietario de Bodegas Ferrera, presentó su última creación, Momentos, un vino blanco de la Denominación de Origen del Valle de Güímar que ha sido galardonado con el premio a la mejor imagen en el Concurso Oficial de Vinos Agrocanarias 2012 y con la medalla de plata en la categoría de vinos blancos secos en el Concurso Regional de Vinos Alhóndiga 2012.

Momentos es un vino blanco seco, fermentado en barricas nuevas de roble americano y elaborado con las variedades malvasía y albillo, mezcla inexistente hasta la fecha en el mercado. Se trata de un caldo que marida bien con todo tipo de carnes, quesos curados y semicurados, mariscos o arroces. Un caldo de color amarillo pálido con sutiles tonos alimonados; en nariz resulta muy original, de intensos y complejos aromas, con ligeros toques de vainilla, coco y frutas exóticas; en boca resulta sabroso, con cuerpo, bien estructurado y con sabores intensos que se prolongan ampliamente en el posgusto.

La producción de Momentos está limitada a 3.000 botellas que se pueden adquirir en la propia bodega, en cajas individuales al precio de 18 euros y también podrá encontrarse en diferentes vinotecas y tiendas especializadas.

Una botella única

La singularidad fundamental respecto a otros blancos de la isla de Tenerife y del mundo es que no existe otro vino en el mercado en el que se mezclen exclusivamente las variedades malvasía y albillo. Aromas distintos, sabores diferentes y, sobre todo, el diseño de la botella, que igualmente es único.

El artista Alejandro Tosco ha sido el creador de esta pintura para la que se ha inspirado en “el lloro de la viña cuando es podada, que suelta una lágrima y que, en este caso, cae sobre la piedra volcánica en la que se encuentra ubicada la finca de Bodegas Ferrera, fusionando el verde de la hoja con los ocres del tronco y en el mismo reflejo de la gota se podían ver los azules del cielo y los blancos de las nubes. Es esa esencia, la fusión de la tierra con el cielo, la de la misma vida y la de la propia naturaleza, la de la propia vida de la vid”, reflexiona Alejandro Tosco respecto al diseño de la imagen.