a babor >

Noticia de mayo > Francisco Pomares

El rechazo a la actual política de recortes y ajustes comienza a cobrar cuerpo en las calles y en los centros. Al Gobierno le va a resultar un poco más difícil imponer sus medidas con las calles de España movilizándose contra ellas. Además, parece estar rompiéndose el consenso político sobre que este es el único camino. El PSOE llamó a apoyar las movilizaciones sindicales del primero de mayo. No es que esté el PSOE para muchas fiestas, pero la posibilidad de una victoria socialista en Francia -cada día más cercana-, animan a la izquierda europea. Quizá la perspectiva de verse sola en unas semanas al exigir más contención y más sacrificios a los europeos del Sur, es lo que ha llevado a Ángela Merkel, a anunciar lo que ella misma ha calificado como una “agenda de crecimiento” para Europa, una inesperada apuesta por inyectar 200.000 millones de euros a la economía europea en una suerte de nuevo Plan Marshall, que habría de servir para activar el crecimiento y frenar la recesión que ya golpea todas las economías del Sur y amenaza con contagiar a las del Norte.

El anuncio de Merkel debería representar una buena dosis de vitamina y de optimismo para la anémica economía de España y el resto de los países en apuros, aunque habría que situar el anuncio, interpretándolo no como un repentino cambio de la ideología ultraliberal y ajustadora (ahora a eso lo llaman reformismo) de la señora canciller, sino como una medida de política interior, destinada a tender la mano a los socialdemócratas alemanes. Merkel necesita a la izquierda de su país para sacar adelante el Pacto Fiscal y el Mecanismo Europeo de Estabilidad, las dos grandes iniciativas en las que basa toda su estrategia de contención del déficit y futura –aunque lejana- recuperación económica. La apuesta es también un guiño al que habría de convertirse en principal aliado de esas políticas en el futuro, el socialista francés Hollande.

Pero no nos llamemos a engaño: más allá de la venta propagandística de esa propuesta de inyectar recursos públicos a la economía, es decir, de aumentar la inflación, lo cierto es que Merkel no afloja ni un punto en el Pacto Fiscal firmado por los líderes europeos en marzo, que es el que define hasta ahora la política que el Gobierno Rajoy aplica en España con mano de hiero y explicaciones reformistas’y que Rajoy amenaza con seguir aplicándonos, pase lo que pase, y decida Europa lo que decida en el futuro. Así está el patio: Mayo comienza con protestas en las calles, pesimismo ante el rechazo de los mercados a la deuda española, temor creciente ante la crisis bancaria, crispación entre los funcionarios públicos por los recortes, y la percepción social de que Rajoy ha decidido deshacer el Estado para cuadrar sus cuentas.