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Ocasión para el Centro del Motor > Ricardo Melchior Navarro

El complejo proceso administrativo para la construcción del Centro de Deportes del Motor, emprendido hace más de una década por el Cabildo de Tenerife, ha dado esta semana un paso de gigante. Con el anuncio de la licitación del proyecto, mediante la modalidad de concesión de obra pública, podemos mirar hacia el futuro con optimismo más que fundado. A partir de este momento, sólo nos queda esperar la presentación de inversores dispuestos a acometer la realización de una infraestructura que, por diversos motivos, puede ser trascendental para nuestra Isla.

La creación de estas instalaciones, que serán levantadas en los terrenos adquiridos por el Cabildo en la zona de Atogo, dentro del municipio de Granadilla de Abona, responde a una vieja aspiración de las gentes del motor de Tenerife, sustentada en la tradición, experiencia organizativa y afición que atesoran deportes como el automovilismo y el motociclismo. La posibilidad de disponer de un circuito de primer nivel genera desde entonces grandes expectativas para cualquier practicante de estas disciplinas, igual que para federaciones, escuderías y todo tipo de empresas vinculadas.

Pero esos atractivos, sumamente importantes de por sí, también se extienden más allá de la Isla. Contar con una infraestructura como este Centro de Deportes del Motor proyectado por el Cabildo supone para Tenerife un complemento sobresaliente en su oferta de ocio, clave para la captación turística. Con un clima que no tiene el resto de Europa, unido a la conectividad de 148 vuelos directos con ciudades de todo el mundo, desde el Aeropuerto del Sur, y una conexión rápida de fibra óptica, disponemos de condiciones ideales para que el circuito sea, además, un potente polo de atracción de nuevos visitantes.

La suma de todo esto se convierte, en definitiva, en una oportunidad de enorme provecho para la creación de empleo y riqueza, sobre todo en la zona Sur de Tenerife, precisamente en unos instantes en los que resulta imprescindible acometer iniciativas que reactiven nuestra economía. De ahí que confiemos en el interés que despertará dicho proyecto entre empresarios dispuestos a invertir en la definitiva construcción del circuito, que tiene un presupuesto próximo a los 31 millones de euros. El Centro de Deportes del Motor, una instalación moderna y funcional, reunirá las condiciones necesarias para su homologación por parte de las respectivas federaciones nacionales e internacionales, tanto de automovilismo como de motociclismo, a efectos de que pueda albergar competiciones al más alto nivel. Su construcción, sobre una superficie de 1.322.341 metros cuadrados, habrá de realizarse en un plazo de 21 meses, a cargo de la misma empresa que dispondrá luego de su explotación, a lo largo de 40 años.

Con la misma fuerza e ilusión que han sabido transmitirnos, durante la última década, las gentes del motor de la Isla, queremos mirar el futuro con optimismo, dispuestos a que este proyecto no se pare nunca más. No obstante, conscientes de los muchos escollos que ha habido que sortear en el tiempo, queremos dar fe de la labor desempeñada en estos años por diversas personas, como el fallecido ex presidente Adán Martín, igual que Fernando Copi Capdevilla, Dámaso Arteaga y, en la actualidad, Eduardo Pintado, los consejeros que han venido trabajando en distintas etapas para que el circuito termine siendo una realidad.

*Presidente del Cabildo insular de Tenerife