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Óleos de Paca Roig > Joaquín Castro

Paca Roig presenta su última colección de óleos en la sala de arte del Círculo de Amistad XII de Enero, que se puede visitar hasta el día 15, en horario de mañana y tarde. Cargada de ilusiones y de un buen trabajo que no veíamos desde hace dos años. A Paca Roig ningún tema le es ajeno, bodegones, como el que vemos en la tarjeta publicada para esta exposición, en la que hace un homenaje al plátano, nuestro fruto representativo; paisajes de montañas, árboles, flores.

Para trasladar todos estos temas a sus telas, la facilidad en el dibujo, la capacidad para reflejar el movimiento, la seguridad en el trazo, añadido a una paleta rica tonalmente. Todo es consecuencia de un saber innato, de una veteranía, de un repetir los temas hasta tenerlos profundamente conocidos. La obra de esta pintora discurre por caminos plácidos en un hacer constante que tiene como objetivos captar la belleza. Bodegones, magníficos bodegones los presentados por Paca Roig. Buena escuela ha tenido, como la del profesor y pintor Manuel Tegeiro, de la que ha sido buena alumna y ha demostrado, valor añadido, tener su propia personalidad. Su obra se nos ofrece desde una visión de una fruta, de una flor, de un mantel calado, de unos plátanos o manzanas, bodegón de raíz clásica, firme y bien construido. Ella va más allá del frío realismo que establece distancias, y en sus formatos se complace en descubrirnos aquello que a simple vista no es visible; la piel de una manzana, de una pera, se convierte en un despliegue de color, multiplicando los matices.
En sus bodegones y paisajes que vemos en la exposición conjuga la composición con el entorno sobre el que lo dispone; su pincelada se vuelve agradable, se recrea en ella y entabla un diálogo con la realidad, lo bello de la naturaleza como argumento. Lo mismo sucede en otros temas, perfectos en la descripción.

Paca Roig posee el secreto de rodear sus temas de fondos impregnados de sentimientos propios, estableciendo planos y acentuando distancias. Virtudes y más virtudes de una pintora plenamente formada, creadora de una obra figurativa que recrea la realidad con gran sensibilidad, con intensas y vibrantes cadencias a modo de concierto visual de gran calidad pictórica. Amplio es el temario de la pintora, paisajes, composiciones y bodegones se suceden conformando una muestra coherente que une el acertado dibujo con el color y la captación de la realidad. De sus estudios, muchas veces de sus silencios, nace una pintura técnicamente perfecta, inmensa en un absoluto realismo impregnado de sus sueños.

Cada una de sus telas es una descripción, fiel reflejo de una realidad que enriquece con su mirada, intensa, profunda, que no pierde detalle, que no deja nada al olvido, que resalta con unos efectos lumínicos propios de las enseñanzas que recibió. Todo un recital de la realidad respetada y soñada, con una indudable carga literaria llevada al lienzo. La raíz de su obra se encuentra siempre en la realidad, pero no le basta y a partir de ella crea su mundo personal en el que el color y forma se unen para alcanzar el objetivo que se propone al enfrentarse al soporte.