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Psicodanza y vida

INMA MARTOS Santa Cruz de Tenerife

Hoy está de moda la palabra psicomotricidad. En la actualidad se le da la importancia que realmente tiene, que es mucha, aunque desde siempre ha estado presente en la educación de los más pequeños. De hecho, los expertos están de acuerdo a raíz de múltiples investigaciones en que existe una gran interdependencia entre los desarrollos motores, afectivos e intelectuales y su repercusión en la vida adulta. La primera infancia es el momento de tratar el sentido de la movilidad, las posturas, las capacidades psicofísicas, la dualidad de los movimientos derecho e izquierdo, y de comprenderlos y razonarlos.

Por eso, la danza, cualquiera que sea su modalidad, es una herramienta eficaz para el desarrollo correcto de la psicomotricidad. Gisela González Beltrán, dirige la escuela de Danza y Desarrollo Corporal, situada en la primera planta del edificio Irineo González en la plaza del mismo nombre de la capital tinerfeña. Con una metodología original del ballet cubano, en concreto de la escuela de la prestigiosa bailarina Alicia Alonso, enseña a sus alumnos a madurar sus aptitudes para el baile, quieran o no dedicarse profesionalmente a la danza en un futuro, ya que es un aprendizaje para toda la vida.

La danza reúne, según explica Gisela, todas las disciplinas relacionadas con la expresión corporal y el conocimiento del propio cuerpo. Además, en este caso, la metodología cubana rompe con estereotipos tales como la exclusión de algunos físicos que no se adaptan a la imagen de un bailarín tradicional y otorga importancia a la imagen escénica que es la base de la presencia en un escenario. “Para todas las personas hay un poco de danza”, apunta, y explica que “es lo que se llama trabajar el psicoballet. Esto no significa que el niño o la niña tenga ningún problema, sino que la danza se adaptará a la propia naturaleza de la persona: jugando en grupo, enseñándoles a aceptarse como son y a creer en sí mismos y, en definitiva, sacando todo su potencial al exterior”. Gisela otorga en su escuela, en donde enseñan con ella otros dos profesores, gran importancia a las clases de iniciación que comienzan desde los tres años del alumno. “Es en la iniciación en donde se define un maestro”, asegura.

Método

Gisela -que es máster en Artes Escénicas por la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid-estudió en Cuba y en París y fue primera bailarina y profesora de la Compañía de Danza Contemporánea de Cuba. Ella cree a ciegas en el método que aprendió, frente a otros más arraigados en otros países. En este sentido, hace una comparación entre la danza nacida de los países fríos y la danza latina. En Canarias, al igual que en Cuba los movimientos son diferentes, más suaves y más explosivos, aunque la técnica sea la misma. Por eso, los bailes latinos tienen mejor aceptación en las Islas y se adaptan mejor a la personalidad y cualidades de los alumnos.

La escuela de Danza y Desarrollo Corporal dispone de clases de ballet clásico para adultos, urbano para preadolescentes y adolescentes y también para adultos en la modalidad de bailes latinos y afrocubanos. Funciona durante todo el curso escolar pero, además, en verano, dispone de talleres para niños y adultos en distintos días de la semana y horarios, tanto de iniciación como clases avanzadas. Para llegar a ser adultos sanos, cobra gran importancia el desarrollo de las capacidades que se tienen desde niños, a través de un proceso de aprendizaje atractivo y divertido. Por el baile se puede lograr que los niños no solo tengan una excelente salud física, también resulta beneficioso para la psicológica y social.