En esa mina profusa para el cine llamada cómic aún quedan vetas por extraer. Una de ellas, tal vez de las más esperadas de los últimos tiempos, lleva el nombre de Los Vengadores, esa liga de superhéroes propiciada por la factoría Marvel con el insano objetivo de salvar al mundo de villanos y de gente con mala baba.

En esta primera entrega cinematográfica de la saga, elementos como Iron man, Hulk, Thor, Capitán América, Ojo de Halcón y la Viuda Negra luchan para evitar una nueva invasión extraterrestre de la Tierra. Los Vengadores deviene en puro cómic trasladado a la gran pantalla, una verdadera explosión de acción, acompañada con unos sobresalientes efectos especiales (como Dios manda, que diría Rajoy), y sazonada con unos diálogos trufados de humor, que vienen a reforzar los méritos de un filme dirigido eminentemente a un público palomitero y a los fans más irredentos del género.

El guionista del tinglado, Joss Whedon, también realizador de la cinta, ha tenido la deferencia de no estar torturándonos con alusiones a los orígenes de este heterogéneo puñado de superhéroes, haciendo más ágil la narración, a la que quizás le sobren algunos minutos. Cine de entretenimiento sin ambages para disfrutar de un ratito de evasión entre tanta noticia negativa que pulula por el ambiente.