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Sara Pizzinato: “La ilusión es la energía de la utopía”

Sara Pizzinato, coordinadora de la campaña de cambio climático y energía de Greenpeace España. | DA

DOMINGO NEGRÍN MORENO | Santa Cruz de Tenerife

Ella es la cara simpática, compatible con su profesionalidad, del rechazo a las prospecciones petrolíferas en aguas próximas a Lanzarote y Fuerteventura. Nacida en Italia, Sara Pizzinato trabaja desde 2005 en Greenpeace España como coordinadora de la campaña de cambio climático y energía.

-¿Con qué energía se mueve la utopía?

“Se mueve con ilusión y con datos”.

-¿De qué tipo?

“Hay que saber hacia dónde se va”.

-¿Lo más inteligente del modelo de desarrollo personal es quemar calorías sin sudar?

[Risas] “Yo creo que lo más inteligente es quemar las calorías de forma inteligente”

-¿Para controlar el cambio climático hace falta tener la mente fría?

“Es la clave”.

-Según cómo se mire, los calentones son saludables…

“Jajajaja… En los coches no. Bueno, puede que en los eléctricos sí”.

-¿Hay recursos eficaces para impedir las prospecciones de crudo en Canarias?

“Hombre, los hay y de sobra. Empezando por todas aquellas personas que se han declarado en contra de estas prospecciones. Ese es el mayor recurso. El segundo es la alternativa energética, que son las renovables”.

-¿La retirada de las primas a las renovables representa un riesgo potencial?

“Es un riesgo real, porque lo que plantean Repsol e Iberdrola es que no pueden hacer negocio con las renovables. Estas empresas prefieren mantenerse apegadas a sus antiguas instalaciones, más que amortizadas, y les es muchísimo más rentable explotar que cuando son subvencionadas. El Gobierno español les hace el juego de pagarles todos los costes externos”.

-¿Es sostenible el binomio petróleo-turismo?

“No. Son elementos totalmente contradictorios. De hecho, Canarias vende una imagen de paraíso terrenal que desde luego es incompatible con el piche, el chapapote o las mareas negras, e inclusive con la contaminación crónica por hidrocarburos asociada siempre a la explotación de los pozos de petróleo”.

-Pero el principal motor económico de estas islas también contamina…

“No he dicho lo contrario. Es más, el turismo también debería hacer sus propios deberes e ir hacia un modelo mucho más sostenible. Cabe la opción de una mayor diversificación hacia otros segmentos de empleo. Todos ellos tienen un amplio abanico de funciones y de posibilidades para reducir su impacto. Esto no significa que todo valga. Otros sectores han de hacer su trabajo, porque no podemos permitirnos poner un lastre absolutamente insoportable sobre los hombros de una ciudadanía que ya soporta unos problemas importantes debido precisamente a errores estratégicos en el pasado”.

-¿Qué se necesita?

“El turismo necesita reavivarse. Habría que repensar su forma de existir, no tanto en cantidad como en calidad. Actualmente no da una capacidad de respuesta suficiente ante eventuales factores externos”.

-¿Los gestores ingeniosos están de vacaciones?

[Risa] “Parece que sí”.

-¿Qué tipo de combustible utilizan los barcos de Greenpeace?

“En estos momentos, los barcos de Greenpeace utilizan diésel. Todos tienen unos sistemas de eficiencia energética a la vanguardia respecto a otros. Por cierto, el Rainbow Warrior III es el primer buque de nuestra flota diseñado y construido expresamente para la organización. No solo es una de las embarcaciones más ecológicas, sino que sus velas y sus paneles solares permiten un importante ahorro de combustible”.

-¿Eso no es trasladable al resto de las embarcaciones?

“Hoy en día, a causa de las decisiones comerciales o políticas de gobiernos y empresas, es muy complicado hallar alternativas al petróleo en la navegación. Lo que nosotros decimos es que urge un cambio para que los usuarios y las compañías tengan alternativas viables, que técnicamente existen, pero que, hasta hace poco, el coste de los carburantes ni siquiera se acercaba…”

-¿Qué?

“Que todos los daños medioambientales, los impactos sobre la salud… no se están incorporando al precio de los combustibles fósiles. Evidentemente, no ha habido un acceso ágil a las alternativas. Lo que debemos hacer es darles un impulso para que estén disponibles para todo el mundo”.

-¿La fuga de cerebros no es tan alarmante como la emisión de gases?

[Risas] “Desconozco el impacto de la fuga de cerebros. No soy una experta. El de la emisión de efecto invernadero es dramático”.

-El mío se ha escapado.

“Tú te lo pierdes”.