JESSICA MORENO | Santa Cruz de Tenerife
Hoy se acaba el plazo para que los directivos de Titsa y los representantes de los trabajadores lleguen a un acuerdo que evite el despido de 117 empleados. Después de un mes de duras negociaciones, en las que las discrepancias sindicales y con la compañía fueron la tónica general, los trabajadores deciden hoy en asamblea si aceptan la propuesta de la empresa para eludir el Expediente de Regulación de Empleo (ERE).
Pese a que Titsa había aceptado llevar a cabo un ERE temporal, como propusieron los miembros de Intersindical Canaria, en el día de ayer (tras la reunión mantenida el lunes que se prolongó desde las 17.00 hasta las 02.00 horas), el portavoz de la empresa dependiente del Cabildo, Manuel Francos, afirmó a este medio que en caso de que los sindicatos no acepten una cierta flexibilidad los despidos temporales serían “una temeridad” que podrían llevar en poco tiempo a Titsa a la quiebra. Aun así, a última hora de ayer, la empresa logró un acercamiento con las organizaciones sindicales en los distintos puntos irrenunciables que demanda la entidad.
Francos insistió en que “sin la herramienta de gestión que nos permita articular el ERE temporal” este mecanismo sería “un fracaso”. En cuanto a los elementos que la empresa demanda, se encuentran la movilidad geográfica, la funcional y las de horario “con el fin de poder redistribuir el personal y las distintas labores” durante el periodo que algunos trabajadores se van al paro. La última palabra la tienen hoy en asamblea los empleados.
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Los 1.600 trabajadores pueden reducir el 10% su jornada laboral hasta 2016
Entre los acuerdos que se prevé sean adoptados en el día de hoy entre los representantes de la empresa pública de transportes y los sindicatos se encuentra, junto al Expediente de Regulación de Empleo (ERE) Temporal, la reducción de la jornada diaria de trabajo en el 10% de todo el personal de la empresa Titsa, salvo tareas y niveles retributivos que verán suspendido su contrato de trabajo. Mientras esta medida se llevará a cabo para la totalidad de la plantilla de la compañía hasta el año 2016, que asciende a unas 1.600 personas, el ERE temporal solo se aplicaría en los empleados denominados de movilidad; esto es, conductores, inspectores y jefes de estación.
Suspensión
Si finalmente se logra el acuerdo, el objetivo es suspender el contrato de los conductores (en torno a 1.200 empleados), durante un máximo de 22 días naturales al año, durante los cuatro años que dura el plan (2012-2016), excluyendo a los trabajadores en situación de jubilación parcial. Así, las suspensiones se realizarán por días y de forma discontinua a lo largo del año, estando planificadas las mismas en el servicio, conforme a la antelación prevista en el convenio colectivo. Durante el tiempo de suspensión del contrato, los afectados tendrán derecho al subsidio por desempleo. La idea es establecer una distribución irregular de la jornada de trabajo, pasando la jornada máxima de 304 a 288 horas, y reasignándose dichas horas a una bolsa de 12 días de trabajo al año, que permita la flexibilidad necesaria para realizar las suspensiones de contratos programadas.
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