DIARIO DE AVISOS | Adeje
Tras varios meses de trabajo, ayer se abrió al tráfico el puente del Agua, en la zona de La Caleta (Costa Adeje) al que asistieron el alcalde adejero, José Miguel Rodríguez Fraga, en compañía de los concejal de de Obras y Turismo, Gonzalo Delgado Díaz y Rafael Dolado, respectivamente. También acudieron a la zona representantes de los hoteles de la zona: H-10 Costa Adeje, Jesús Oramas; Sheraton La Caleta, Florencio de la Rosa; y de la Urbanización El Beril, Eugenio Campos.
El concejal de Obras puntualizó que Adeje está “de enhorabuena, por la apertura de esta vía de comunicación, la cual se enmarca dentro de una actuación integral en la que se contemplaban las obras de mejoras de los puentes del Barranco del Agua y del Barranco del Inglés”.
La obra ha tenido un coste de 1.700.000 euros, los cuales han sido asumidos por el sector público y privado a través del convenio de colaboración que se planteó para la reestructuración de la zona.
Los recintos “Disa Sheraton, Iberostar, H10, Urbanización El Beril, Ayuntamiento de Adeje y Gobierno de Canarias han sido las entidades que han asumido el coste de los trabajos”, indicó el concejal.
Por su parte, el alcalde adejero manifestó que “el abrir estos dos puentes supone resolver un grave problema que teníamos aquí, sobre todo cuando llovía”. “Con la incorporación de esta infraestructura, además dotamos a la avenida de Guadalupe, la cual alberga la plaza de San Sebastián, de un sistema de comunicación mucho mejor, fruto de una obra de ingeniería de gran nivel”.
Objetivo común
Los empresarios que han participado en la financiación de los trabajos de canalización coincidieron en afirmar que “esta obra es el remate final de un objetivo que teníamos todos, de dar continuidad a la calle que supone una arteria para la comunicación entre Costa Adeje y La Caleta”.
Ambos puentes se han abierto al tráfico rodado y al peatonal una vez finalizadas las pruebas de carga estática y dinámica, realizadas hace dos semanas. Esta obra se realizó para contener las aguas pluviales que discurren por los barrancos, que, en los temporales fuertes, se desbordaban provocando molestias a residentes y huéspedes de los hoteles de la zona.