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Abusaba de niñas discapacitadas en aparcamientos públicos de La Orotava y Los Realejos

TINERFE FUMERO | Santa Cruz de Tenerife

Abusó sexualmente de tres menores, dos de ellas discapacitadas, y de una mayor de edad también discapacitada. Así lo considera probado la Sección Sexta de la Audiencia provincial de Santa Cruz de Tenerife, que ha condenado al acusado, un matancero de 49 años, a 19 años de cárcel por estos hechos, acaecidos entre junio de 2009 y marzo de 2010, sentencia que obra en poder de DIARIO DE AVISOS y contra la que cabe recurso de casación.

Fue en esa época cuando el ahora condenado “con el ánimo de satisfacer sus deseos sexuales, se citó en múltiples ocasiones ya fuera a través de internet ya por teléfono móvil en la zona del mercado de Los Realejos y en los aparcamientos del Centro Comercial La Villa, y ocasionalmente” en una casa realejera. Fruto de aquellos encuentros, se da por cierto que el acusado abusó de las menores “con aprovechamiento del retraso mental de esas personas referidas, de la enorme diferencia de edad que mediaba entre él y aquellas, de la inexperiencia de las mismas, del carácter o personalidad influenciable de las niñas o adolescentes, de la situación de riesgo en que se encontraban o cuando menos del escaso o nulo control que sus familiares ejercían sobre ellas, de sus carencias afectivas y también de su precariedad económica”.

Para terminar de engatusarlas, la sentencia detalla que “utilizó dichas citas para ofrecer a los menores y/o discapacitadas pequeñas cantidades de dinero, golosinas, comidas o recargas en sus respectivos teléfonos móviles, a cambio de que éstas se dejaran besar, acariciar (…)”. En cuanto al lugar de los hechos, los abusos tuvieron lugar “casi siempre de la parte trasera de su furgoneta con cristales tintados que solía aparcar” en los parajes ya citados. Eso sí, el abuso sexual con penetración que se considera probado tuvo lugar en la casa aludida de Los Realejos.

En cuanto a las víctimas, sólo apuntar que una de ellas tenía 14 y 15 años cuando sucedieron los hechos aunque con una capacidad mental de una niña de 11; otra tenía entre 16 y 17 años de edad aunque con una capacidad mental de 7; la tercera tenía entre 22 y 23 años, aunque con una capacidad mental de 9; mientras que la cuarta tenía entre 13 y 14 años.

Denuncias y testimonios

En los entresijos de la sentencia se detalla que al menos hubo otras dos menores de edad implicadas en los hechos, así como que varios vecinos alertaron a las autoridades acerca de las sospechas que les despertaba la continua presencia del condenado con varias menores discapacitadas intelectuales.

Del arsenal probatorio que sustenta la condena dan fe el obviamente viciado consentimiento de las víctimas y sus determinantes testimonios entrecruzados, así como los dictámenes vertidos por los distintos especialistas participantes en la vista oral.