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Alcohol: un veneno legal > Sergio García de la Cruz

El consumo del alcohol a pesar de la crisis se ha disparado. No soy abstemio, apruebo el consumo moderado, ya que beber aproximadamente un vasito de vino o una caña de cerveza a diario está asociado con los niveles más bajos de enfermedades crónicas. Pero, he decir que me preocupa el consumo excesivo que se realiza de él, y mucho más cuando esto se hace de manera reiterada y habitual. Según la OMS esto está calificado de alcoholismo, y establece los limites en 50 gramos de alcohol en caso de las mujeres (10 vasos de vino o tres whiskys) y de 70 gramos en hombres.Una copa de licor o un combinado tiene aproximadamente 40 gramos de alcohol, un cuarto de litro de vino 30 gramos y un cuarto de litro de cerveza 15 gramos.

El alcohol se convierte en un filón para la economía de española. Los ingresos que genera este producto son bastante importantes, y también de él se sustentan muchas empresas. Pero ¿dónde está el límite?, ¿hasta qué punto se puede abusar de esta mina de oro en contraposición con los problemas que genera en las personas? Para el Estado los límites están en la minoría de edad, estableciendo medidas para su venta, entre otras, pero todas de dudoso cumplimiento y, por tanto, de escaso control. Hoy por hoy se ha convertido en unos de los problemas más graves de la sociedad, todo ello por la pasividad de los gobernantes,
El etanol es la sustancia activa de las bebidas alcohólicas que se obtiene por un proceso de fermentación o de destilación. Los grados marcan la cantidad de alcohol etílico que contiene el líquido, de este modo, si un vino tiene 12º quiere decir que contiene un 12% de esa sustancia. El afectado se convierte en un esclavo de esta sustancia, produciendo en su persona graves consecuencias físicas, psíquicas y sociales. Los daños colaterales que provoca el alcohol son devastadores, arrasa con familias enteres, rompe sus economías y su corazón. Se ven impotentes ante esta situación, sin saber qué hacer ni a donde recurrir (lo mismo ocurre con los adictos a las drogas ilegales). Toda iniciativa parte de entidades privadas. Pero, ¿qué está pasando con la intervención estatal que hace oído sordos a este problema¿ No actúan. Se cebaron con el tabaco, pero, ¿qué ocurre con el alcohol? Campañas publicitarias nos machacan para que consumamos esta droga legal, y todos las vemos, incluidos los menores de edad. No prestan ayuda a estas familias, que se ven impotentes, porque no tienen medios legales para “obligar” a una persona a curarse, y lo mismo ocurre en situaciones similares. Es evidente que hay un vacío legal y un pasotismo estatal que solo actúa tímidamente, y visto lo visto solo le interesa el fin recaudatorio que le puede proporcionar esta sustancia (conducir bajo sus efectos). Pero, a lo mejor olvida el Estado que evitar el consumo excesivo también es un filón (el Informe Mundial de Salud estimaba que el 5% de la carga global de la enfermedad es atribuíble al alcohol, sí, porque no tendría tantos gastos que asumir los problemas que genera esta droga legal. Desconoce que el alcohol está detrás de la mayoría de agresiones contra mujeres, y también desconoce que no solo esto se refleja en los agresores, también en las víctimas.

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