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Antonio Castro y Barragán están dispuestos a liderar Coalición

Imagen de archivo de Castro, el día de la contitución del Legislativo, abrazando a Barragán. / DA

BEGOÑA AMEZUA | Santa Cruz de Tenerife

Antonio Castro en la presidencia de Coalición Canaria (CC) pero sin la del Parlamento y José Miguel Barragán, como secretario general y sin la portavocía del grupo parlamentario ni la presidencia de la organización de Fuerteventura.

Es una combinación que, para algunos sectores nacionalistas, resolvería el congreso nacional de la forma menos traumática. Gran Canaria, Lanzarote, Tenerife y La Gomera en los cargos secundarios de la nueva dirección saliente del congreso de los próximos 16 y 17 de junio.

El presidente del Gobierno de Canarias, Paulino Rivero, se ha apartado de la lucha por el liderazgo orgánico pero con la aparencia de tener los resortes internos más controlados que en 2008 y sin perder de vista las ambiciones del líder palmero, Antonio Castro.

A dos semanas de la celebración del cónclave y con las importantes novedades organizativas propuestas por la ponencia de estructura, la única opinión más o menos mayoritaria es que el nuevo líder tiene que ser de una isla menor para evitar el enfrentamiento entre las capitalinas, con capacidad de organización, experiencia, que no genere demasiados rechazos y sin cargos ejecutivos. Debe dedicar todos sus esfuerzos a recuperar el caudal social perdido los últimos años.

Diversos dirigentes locales y regionales coincidieron al señalar que el presidente de Coalición Canaria de Fuerteventura y portavoz del grupo parlamentario, José Miguel Barragán, encaja en este perfil. Los valores que le avalan son su experiencia al frente de la secretaría de Organización con Paulino Rivero como presidente y su capacidad de trabajo. Entre sus desventajas, que Fuerteventura volvería a ostentar el máximo poder y ser un dirigente cuya ascendente carrera política se ha desarrollado junto a Rivero. Pero este último handicap se puede convertir en una ventaja. El jefe del Ejecutivo ejerce una importante influencia sobre las islas de Lanzarote, Fuerteventura y algunos comités locales de Tenerife.

Cuando José Miguel Barragán ha sido tanteado ante la posibilidad de acceder al liderazgo del partido, su respuesta ha sido afirmativa.

Pero también el presidente del Parlamento, Antonio Castro, ha comentado, a su estilo, que no le importa coger las riendas de la organización nacional, cuatro años después de haber rechazado esta posibilidad a favor de la alcaldesa de La Oliva, Claudina Morales. Para lograr ese fin, alberga la posibilidad de abandonar la presidencia del Legislativo.

Tras las elecciones autonómicas de 2011, Castro, a pesar de haber expresado públicamente su deseo de volver al Gobierno de Canarias, accedió a su segundo mandato en la Cámara por una maniobra de Rivero.

Pero las aspiraciones del líder palmero pueden frustrarse otra vez por varios motivos. No cuenta con el apoyo de suficientes organizaciones insulares. Gran Canaria puede estar en disposición de volver a unirse a Castro. Ya lo hizo en 2008 y contribuyó a desbaratar la estrategia de Rivero para que saliera reelegido José Torres Stinga en la presidencia de Coalición Canaria. En la actualidad, Gran Canaria se siente débil y poco considerada dentro de la coalición. Pero con el apoyo de los 240 compromisarios de la isla capitalina más los 128 de La Palma, Castro se queda lejos de la mayoría necesaria.

Ausencia herreña

Tampoco puede contar con los 48 compromisarios de la Agrupación Herreña de Indepedientes (AHI). No acudirán a la cita de los próximos 16 y 17 de junio, en Santa Cruz de Tenerife, por la crisis surgida con la naviera Armas y las conexiones marítimas con la Isla.

Lanzarote está más próxima a Paulino Rivero y con dos sectores lo suficientemente diferenciados como para que sus votos no sean determinantes.

El sector de Tenerife alejado de Paulino Rivero pide una renovación y recambio generacional en el que no encaja el dirigente de La Palma.

Para salir sin demasiadas heridas, la nueva estructura orgánica propuesta permite que a Castro se le reconozca su labor en una presidencia representantiva y a Barragán al frente de la secretaría general. Los movimientos han comenzado en el seno de Coalición.

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Batallas insulares

El congreso nacional de Coalición Canaria será movido porque el reparto de las cuotas de poder entre las Islas obliga a buscar equilibrios difíciles de conseguir. Sin embargo, en esta ocasión la verdadera batalla se dará en los posteriores cónclaves insulares.

En la actualidad, la principal debilidad de los nacionalistas está en las estructuras municipales e insulares. No es el caso del congreso nacional. Tras las elecciones de 2011, lograron dos diputados más que, en 2008, cuando obtuvieron 19 diputados.

La principal pérdida de poder municipal, sin tener en cuenta a Gran Canaria, se ha producido en Tenerife, La Palma y La Gomera. En la primera de las Islas, el alcalde de La Laguna, Fernando Clavijo, se perfila como el nuevo dirigente insular.

En La Palma, la renovación estará ligada al cónclave nacional y al dirigente José Luis Perestelo. En La Gomera es donde más trabajo debe hacer la organización para recuperar las siglas por el daño causado tras la salida del grupo de Esteban Bethencourt.

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