ROBERTO MORALES (EFE) | Donetsk (Ucrania)

Donetsk (Ucrania), 26 jun (EFE).- Sonó duro pero es la realidad. Representando a tu país. En las grandes citas, con las selecciones, no hay compañeros de club sobre el campo. “Todos son enemigos”. El Portugal-España de semifinales de la Eurocopa 2012 cruza las carreras de varios futbolistas que tienen buena relación.

Todos los focos apuntan hacia los madridistas. Son los más numerosos. Iker Casillas, Álvaro Arbeloa, Sergio Ramos, Raúl Albiol y Xabi Alonso se enfrentan a Cristiano Ronaldo, Pepe y Fabio Coentrao. Pero sus sentimientos sobre el césped serán los mismos que los de Jordi Alba y Ricardo Costa, compañeros en el Valencia, o los de Fernando Torres y Juan Mata, que han ganado la Liga de Campeones en el Chelsea junto a Meireles.

En el vestuario del Real Madrid, como en todos los equipos del mundo, existen grupos. Hay unión pero como es normal en los grupos humanos, los futbolistas acaban juntándose por afinidades. El ‘clan portugués’ lo forman Cristiano, Pepe y Coentrao. Curiosamente entra en él un brasileño como Marcelo y no un compatriota como Ricardo Carvalho. Un español como Sergio Ramos tiene muy buena amistad con ellos.

En el campo no hay amigos y probablemente Cristiano tendrá que sufrir la bravura de su amigo Ramos. Así como el examen de superar al mejor portero del mundo, Iker Casillas, el que mejor conoce la forma de disparar del astro portugués con el que entrena a diario. Sus lanzamientos de falta los conoce a la perfección. Los penaltis. Es uno de los grandes duelos que deja la semifinal. Dos jugadores que pasaron por momentos de distanciamiento, que no son íntimos amigos pero que mantienen una relación cordial.

Arbeloa avisa como habría hecho Pepe si hubiese tomado la palabra. Ellos son defensas y no van a diferenciar. Todos los rivales llevan la misma camiseta y a las dos selecciones les espera una cita con la historia en caso de vencer.

“Lo que viviremos mañana es similar a cuando estás en tu club y juegas contra compañeros de la selección”, comparó Arbeloa. “Al final uno tiene que defender a su selección y aquí no tengo compañeros de club. Serán enemigos todos. No suelo hablar con la gente contra la que juego y no creo que mañana hable con ellos. Simplemente lucharé por que España esté en la final”, avisó.

Trasladado a los clubes, los derbis entre Real Madrid y Barcelona de hace dos temporadas provocaron tantos enfrentamientos que llegaron a afectar a la selección española. Todos recapacitaron y acercaron posturas. Aprendieron de los errores. Ahora una cita histórica como es una semifinal enfrentará a compañeros de equipo.

En el pasado detalles que no gustaron, como la reacción de Cristiano tras ser eliminado en el Mundial 2010 en octavos. Enfadado tras un partido en el que le supieron anular, se retiró del campo con gestos a una cámara, ante la que escupió, y no felicitó a sus compañeros del Real Madrid en el campo ni en los vestuarios. Dos años después llega un nuevo capítulo.