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Claveles al principio, malos modos al final

El Frente Blanquiazul realizó un espectacular tifo para conmemorar su 25 aniversario animando al Club Deportivo Tenerife. / FOTOS: SERGIO MÉNDEZ


JOSÉ ANTONIO FELIPE | Santa Cruz de Tenerife

Si no sufriera así no sería el Tenerife. Si no lo pasaran tan mal por culpa de su equipo no serían birrias. Algo más de 14.000 espectadores se decidieron ayer a alentar a los suyos en las gradas de un Rodríguez López muy acostumbrado a la tensión en los últimos tiempos.

Ni siquiera traer un 0-1 de tierras peninsulares, ni adelantarse cuando no se habían cumplido dos minutos de encuentro fue suficiente para que los nervios no volvieran a aflorar en el recinto capitalino. El premio no era para menos: poder entrar en la última y definitiva eliminatoria de ascenso.

Para minimizar las declaraciones de Rafael Escobar, entrenador de la Balona, en las que acusaba de rácano al conjunto de Quique Medina, los jugadores del equipo aurinegro, ayer morado, salieron con claveles blancos en sus manos para regarlos a un público que conforme fue pasando el encuentro dejó de ver tan amable al conjunto del Campo de Gibraltar.

Menos simpáticos parecieron cuando empataron los dos tantos con los que previamente se habían adelantado los chicharreros. Mucho ritmo hasta el descanso, momento en el que la Balona se volvió rácana, sin querer herir sensibilidades, sin motivo aparente y no apareció más por la portería de Sergio Aragoneses.

Desde La Línea no llegaron los 350 aficionados que se habían anunciado, justamente solo acudió al Heliodoro algo más de una cincuentena que, aunque quisieron ser animosos, se perdieron dentro de la marea blanquiazul. Animaron, incluso aplaudieron a su rival y no cesaron de protestar al final, justo cuando el árbitro no consideró que fuera penalti un posible agarrón de Sergio Rodríguez a David.

Acto seguido llegó el 3-2 obra de Kike López. El árbitro, mal ayer para ambos equipos como malo fue el de la ida, respondió a las protestas de los jugadores visitantes expulsando a dos de una tacada, David y Copi, además de Rafael Escobar.

Copi consideró que ya estaba bien de señorío y, después de hacer gestos al asistente como si el mismo hubiera venido a robar a su equipo movido por vaya usted a saber qué intereses, se giró al público del Rodríguez López con las mismas indicaciones antes de ofrecer, como colofón a su actuación, un corte de mangas a los aficionados del CD Tenerife.

A estas alturas de la campaña quizás se acabaron los buenos modos, la consideración con el rival, igual no nos regalan más flores en el Heliodoro, pero seguro, seguro del todo, tocará seguir sufriendo hasta el último momento. Da igual, el premio lo merece.