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El acusado de quemar su casa con su familia dentro dice que quería suicidarse

EFE | Las Palmas de Gran Canaria

El acusado de maltratar a su familia y prender fuego a su casa con su esposa y sus dos hijos dentro en la madrugada del día de Reyes de 2011, en Valsequillo, ha dicho hoy ante la Audiencia de Las Palmas que había bebido bastante alcohol y que su intención era quitarse la vida.

Su abogado, Francisco Mazorra, que en un principio pedía la absolución, ha considerado los hechos como un delito de tentativa de incendio, por el que reclama una pena de dos años y seis meses de prisión, y otro de maltrato psicológico habitual, para el que pide que se le impongan seis meses de cárcel por carecer de antecedentes penales.

El letrado considera que su defendido no quiso atentar contra la vida de su familia, a la que en su opinión no llegó a poner en peligro, porque, aunque estaban acostados, estaban al tanto de lo que hacía el procesado y por ello pudieron apagar el incendio que originó tras rociar con gasolina el colchón sobre el que dormía, según ha relatado el acusado.

Las dos acusaciones, la ejercida por el Ministerio Fiscal y la acusación particular, reclaman una pena de pena de 8 años y seis meses de prisión por los delitos de incendio y de maltrato familiar habitual, aunque difieren sobre la intención del procesado, quien había amenazado en distintas ocasiones a su familia con suicidarse.

Para el fiscal, precisamente esta “locura suicida” puso en peligro la vida de su mujer, de su hija de 19 años y de su hijo de 17, quienes, pues debido a la actitud del acusado, los tres vivían en “alerta continua”, que fue lo que evitó una desgracia.

El fiscal además cree que el acusado tuvo “pleno control sobre los hechos, pese a que había bebido alcohol, ya que al ser un bebedor habitual lo toleraba más que una persona normal, como así han constatado los médicos forenses, aunque estos también han señalado que en esos momentos pudo haber tenido sus facultades algo afectadas.

La acusación particular, sin embargo, entiende que la intención del procesado era quemar la casa y para ello no le importó poner en peligro a su familia, y no cree que fuera suicidarse, pues en su cuerpo no se hallaron resto de quemaduras, según ha recalcado la letrada.

La entonces mujer del acusado y sus dos hijos han explicado al tribunal que el procesado en varias ocasiones les había amenazado con suicidarse y que la tarde anterior a los hechos, en una llamada telefónica que hizo primero a su mujer y después a su hija, les dijo que se iba a quitar la vida.

La madre y la hija, que esa noche durmieron en la misma cama, han señalado que escucharon al acusado bajar al garaje y después oyeron cómo rociaba con un líquido la habitación en la que él se encontraba.

Su hija ha declarado que se levantó y al advertir las llamas llamó a su madre, y que entre las dos lograron quitarle al acusado un mechero y la garrafa de gasolina con la que estaba rociando el pasillo de la vivienda.

La madre ha relatado que su exmarido, con el que estuvo casada veinte años, le agredió físicamente en dos ocasiones y que los insultos durante su matrimonio fueron constantes a partir de los seis años de vida en pareja, como así lo han asegurado también sus dos hijos.

Los tres han manifestado que el acusado se ponía más violento cuando bebía, lo cual hacía a diario desde que perdió su empleo, según ha reconocido el propio acusado, para quien las acusaciones solicitan que se le prohíba la tenencia de armas durante tres años, así como acercarse a su exmujer, medidas que son compartidas por la defensa.