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El Cabildo ayuda a romper barrotes > Aurelio Abreu Expósito

Una de las primeras decisiones que sacamos adelante desde el Área de Bienestar, Sanidad y Dependencia que me honra dirigir, fue conceder una subvención a la Asociación de Cooperación Juvenil San Miguel para financiar varios programas de atención a la drogodependencia en el centro penitenciario Tenerife II. Estos programas fueron los que los propios reclusos demandaron en la visita que realizamos al centro a inicios del presente mandato.

Gracias a la ayuda concedida por el Cabildo, unos cincuenta internos acogidos a los programas que desarrolla la entidad citada han podido matricularse en Radio Ecca y en la UNED, e igualmente se ha dotado de material varios talleres de marquetería. Hace unas semanas, invitados por la propia Asociación San Miguel, pudimos visitar la prisión de nuevo para conocer el desarrollo de las actividades financiadas e intercambiar impresiones con los reclusos beneficiarios de las mismas.

La impresión que produce cruzar el puente que lleva hasta los módulos de reclusión se desvanece tan pronto ves el alcance de la actividad que has decidido apoyar e impulsar desde la institución pública para la que trabajas. Cuando empiezas a hablar con los internos, a recoger sus peticiones, sus quejas, sus demandas, etc. te das cuenta de cómo una aportación modesta para sufragar una actividad formativa puede darle un vuelco a la vida de una persona que, por las circunstancias que sean, se ha visto privada de su libertad.

El sistema penitenciario español, y así lo consagra la Constitución, está orientado a la reinserción. Cuando el sistema falla, enseguida lo sabemos, porque los medios lo recogen con profusión. Sin embargo, son más las veces que el sistema tiene éxito, y que las personas que salen de la cárcel lo hacen con su deuda saldada y dispuestas a iniciar una vida diferente. Es una alegría pensar que desde el Cabildo Insular de Tenerife hemos ayudado, siquiera modestamente, a empezar a romper esos barrotes dando la oportunidad a los reclusos de formarse, adquirir nuevas destrezas profesionales y abandonar hábitos nocivos que, en no pocos casos, están en el origen de su actividad delictiva.

Felicitamos, por supuesto, a los profesionales del centro penitenciario y de la Asociación San Miguel, por ser los primeros en creer en las posibilidades de quienes realmente están decididos a aprovechar la segunda oportunidad que tienen, y por trabajar con tanta dedicación para que, en efecto, la aprovechen. Ver un resultado tan positivo en la gestión de los recursos públicos es una verdadera satisfacción. Desde luego, es mucho mayor que la que se podría obtener comprando bolígrafos de lujo para regalárselos a Rodrigo Rato.

Aurelio Abreu Expósito es Vicepresidente y consejero de Bienestar, Sanidad y Dependencia del Cabildo Insular de Tenerife / Senador por la Isla