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El certificado > Francisco Pomares

La verdad es que son ganas de complicarle la vida a la gente: a partir de septiembre, tendremos que volver a llevar encima un certificado de residencia cuando compremos el billete de avión (o barco) y queremos usarlo. Hasta ahora, la residencia se demostraba con la presentación del DNI en la facturación del vuelo o embarque, pero Fomento ha decidido que se vuelva al sistema antediluviano de que sea un secretario municipal el que certifique -en una gestión que en algunos lugares cuesta hasta dos euros- que somos vecinos de un municipio de las Islas. Todo esto en plena era de la certificación digital.

El motivo del regreso al viejo sistema, según asegura Fomento, es evitar el fraude. Y me parece muy razonable que se quiera evitar. En estos momentos hay abiertos expedientes a una compañía canaria -Islas Airways- y a otra peninsular por presunta estafa en las subvenciones por residencia. El Ministerio de Fomento detectó hace unos meses un gigantesco fraude en el cobro de subvenciones al transporte de pasajeros canarios. La investigación de Fomento se produjo como respuesta a las denuncias presentadas contra Islas Airways en Aviación Civil, al detectarse facturaciones muy superiores a lo cobrado por la compañía a sus clientes. El fraude fue descubierto y denunciado por Binter, la competencia de Islas, que percibió discordancia en las cuentas oficiales de Islas Airways entre lo facturado y lo cobrado a Fomento en concepto de subvención. Al parecer, Islas ofertaba billetes a muy bajo precio, y cobraba a Fomento la subvención por el billete a precio completo. ¿Les parece el chocolate del loro? Pues no lo es: estamos hablando de una presunta estafa de alrededor de medio millón de euros al mes, y de la que -de momento- se han detectado desviaciones acumuladas superiores a los tres millones de euros. Da para mantener los comedores escolares abiertos en verano.

Islas Airways es propiedad de Miguel Concepción, presidente del CD Tenerife, empresario de la construcción muy favorecido por las licitaciones de obra pública y amigo personal de Paulino Rivero. Recientemente resultó también beneficiado con 17 licencias de radio, que no ha puesto en funcionamiento por falta de recursos. Quizá esté esperando que se las subvencionen. Mientras eso ocurre, Fomento ha encontrado en el presunto fraude de Islas una excusa perfecta para hacernos la vida un poco más complicada a los ciudadanos de Canarias.